lunes, 30 de noviembre de 2015

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA COMO RESISTIR LA TENTACIÓN

LA SANA DOCTRINA DE CRISTO TE ENSEÑA COMO RESISTIR LA TENTACIÓN
(Santiago 1:12) “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

INTRODUCCIÓN
Son muchos los creyentes que se ven diaria y constantemente enfrentados a tentaciones y pecados del tipo sexual. El enemigo de nuestras vidas sabe que es uno de los pecados y tentaciones más difíciles de vencer, por esta razón usa esta estrategia con mucha frecuencia. La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pablo nos hace esta recomendación: (1 Cor. 6:18)Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Huyan de la fornicación, indicando que cualquier otro pecado está fuera del cuerpo. Una advertencia similar nos hace en esta carta a Timoteo indicándonos que huyamos de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2:22-26) “22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. 24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.

También debemos considerar que ninguna tentación proviene del Jehová Dios, La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Santiago dice que: (Stg. 1:13-16) “13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni ÉL tienta a nadie; 14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. 16 Amados hermanos míos, no erréis”. Sin embargo, es una realidad que muchos sinceros creyentes sucumben ante la tentación sexual e incurren en pecado.
Ante esta realidad, quiero pronunciarme en forma breve sobre las astucias del diablo y modos de operar que emplea para hacer caer en la tentación sexual, y también, compartir con ustedes algunas estrategias de resistencia a la tentación, y finalmente orientar para una restauración a aquellos que han caído.

1. EL MOMENTO DEL ATAQUE, La Sana Doctrina de Cristo por medio del apóstol Pedro nos recomienda: (1 P. 5:8,9) “8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Y Jesús nos dice: (Mt. 26:41) “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Es evidente que el ataque del enemigo no será cuando estemos fortalecidos espiritualmente, nuestras vidas personales estén bien, estemos en oración y en santidad. El tentador será paciente y esperará un tiempo de debilidad espiritual, falta de oración y comunión con Dios, cuando las cosas no marchen bien en el matrimonio o en un tiempo de conflicto emocional y crisis de fe.

Mientras el tiempo transcurre el enemigo estará planeando día por día, mes por mes y en algún caso su plan puede demorar años en que tenga la oportunidad de llevarlo a efecto, esperando la oportunidad precisa para presentar la tentación de la manera más atractiva y sutil posible.
Cuando el Señor fue tentado por Satanás en su ayuno de 40 días al comienzo de su ministerio, el tentador no fue al Señor en la primera semana, ni en la segunda, esperó pacientemente hasta el final de los días del ayuno para ir con la tentación, cuando sabía que la debilidad y necesidad física del Señor era mayor. Es en el momento más crítico de las dificultades que estemos atravesando, cuando el tentador aparecerá con su batería de seducción preparada con paciencia y maestría.
Según el relato de la tentación del Señor (Mt. 4:2-4,) “2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. 4 Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. 10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a ÉL sólo servirás. 11 El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían”. Podemos deducir que el ataque tentador de satanás, está dirigido principalmente a tres áreas de nuestra vida:

1. NUESTRAS NECESIDADES FÍSICAS, EMOCIONALES Y AFECTIVAS.
En el caso del Señor, su necesidad era de alimento, por lo tanto física. En los creyentes como nosotros y en el tema que estamos tratando, las necesidades pueden ser de diversa índole, por ejemplo: falta de amor, de comprensión, de aceptación, incontinencia sexual, falta de pareja, dificultades en la relación matrimonial etc. Cualquiera o varias de estas necesidades serán usadas por el enemigo para hacernos caer en desobediencia y hacer presa de nosotros si cedimos a la tentación. Ahora notemos que el intento de satanás en esta área de la tentación es hacernos actuar fuera de la voluntad de Jehová Dios, es decir, por nuestra cuenta, para ello habrá preparado una forma de suplir nuestras necesidades de la forma más atractiva y llamativa posible.
La fachada que nos presenta puede e incluso hacernos pensar que es Dios mismo quien nos está preparando una salida para nuestro problema o supliendo nuestra necesidad, pero ¡ojo¡, recordemos que satanás se disfraza como ángel de luz (2 Co. 11:14) “Y no es maravilla, porque el mismo satanás se disfraza como ángel de luz”. Y su principal astucia es disfrazar la mentira y el error como verdad. ¿Cómo descubrió Jesús el engaño de Satanás?, lo hizo a través de su conocimiento de las escrituras, citándolas y confesándolas. Por eso Jesucristo dijo al diablo: (Mat 4:3) “Escrito está, no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Lo que satanás te ofrece es solamente una alternativa muy bien disfrazada para hacerte caer en desobediencia y luego hacer presa de ti. La alternativa del creyente siempre es la voluntad de Jehová Dios. Recuerda que satanás está usando tu necesidad, conflictos emocionales, familiares, matrimoniales etc. Para lograr su propósito, que es hacerte actuar fuera de la voluntad de Jehová Dios para llevarte a la desobediencia. Resístelo en el nombre de Jesucristo usando su palabra.
2. SATANÁS QUIERE HACERNOS DUDAR DEL CUIDADO Y AMOR DE JEHOVÁ DIOS POR NOSOTROS. Este es un aspecto de la tentación extremadamente importante en la vida del creyente, que no debe ser desobedecido por ningún motivo. Porque si el creyente duda del Amor y el cuidado de Dios por él, se sentirá sólo, sentirá que no le importa a nadie, por lo tanto que nadie se preocupará si hace las cosas bien o mal.

¿Cómo usa satanás las escrituras con nosotros?, satanás, usa por ejemplo: Las promesas de Dios que no se han cumplido en nosotros, dirá oraste por sanidad por tu mamá, papá, hermano, hijo y no hubo sanidad; tal vez una petición de muchos años que no ha tenido respuesta etc. Son muchas las cosa que en oración pedimos a Dios y que no siempre obtenemos la respuesta que deseamos y en el tiempo que queremos, pero esto no significa que Jehová Dios nos ha olvidado o que no tiene cuidado por nosotros, tal vez nos ha respondido de una manera que no nos hemos dado cuenta y por lo tanto no vemos la repuesta de Jehová Dios. Recuerda que el Espíritu Santo está formando el carácter de Cristo en nosotros, por lo tanto ÉL permitirá la prueba y la tentación en nuestras vidas, para hacernos crecer y madurar.
No le permitas a satanás que siembre la duda en tu corazón del amor de Dios por ti. Repréndelo, indicándole que eres hijo de Dios y El Padre ama a sus hijos. (Juan 1:12,13; 3:16) “12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo,  que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierda, más tenga vida eterna”.

3. EL TENTADOR APELARÁ A NUESTRA CODICIA Y VANA GLORIA
Para realizar este propósito, el diablo llevó a Jesús a un monte muy alto y allí le mostró todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos, y se los ofrece a cambio de su adoración y lealtad. Por tercera vez Jesús lo vence usando la misma estrategia, citándole las Escrituras, pero además esta vez, le manda irse. ¿Qué le ofrece satanás a los creyentes? Astutamente les ofrece justo lo que necesitan y de lo que están carentes: consuelo, cambios, libertad, muestra las luces de la diversión, regalos, atenciones especiales, todas las carencias que has estado experimentando, él ofrece suplirlas en abundancia y con una apariencia alucinante y encantadora.

Pero todos estos y otros ofrecimientos de satanás, no son mas que la fachada de la trampa, si piensas con detenimiento y pides revelación al Espíritu Santo, podrías ver el interior y el patio trasero, y te darías cuenta, que no es más que la entrada a la perdición y el infortunio. También los ofrecimientos de satanás son una invitación directa a los deseos de la carne y el apóstol Pablo dice lo siguiente al respecto: (Rom. 8:6-8) “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. Dios nuestro Padre puede darnos muchas cosas, que nos harán verdaderamente feliz y que no nos traerán dolor ni perdición, sino por el contrario, paz y felicidad duradera. Reprende al tentador y como Jesús no cedas a ninguno de sus ofrecimientos.

Todas las tentaciones en la vida del creyente, pasan por estos tres aspectos. Si están experimentando la tentación sexual, sea fornicación o adulterio y que más de alguno ha sucumbido y está experimentando los horrores de estos pecados, pero que a la vez, están luchando para salir de ello y ser restaurados. A continuación veremos algunas directrices que creo mediante la gracia y dirección del Espíritu Santo, les ayudarán a vencer la tentación y a restaurarse de la caída.



EL OBJETIVO QUE TIENE SATANÁS AL TENTARNOS
El diablo es un ladrón, y Jesús dice que (Juan 10:10) “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. El apóstol Pedro dice que (1Pe 5:8,9) “8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.

El diablo sabe que no puede destruir a un creyente que está en obediencia a Jehová Dios, este creyente podrá ser probado con muchas dificultades que pueden herirlo profundamente, pero la prueba y las dificultades pasarán y obtendrá la victoria en su vida. Por lo tanto, satanás usa la tentación sexual para poner al creyente en desobediencia a la Palabra de Jehová Dios, para así vulnerar el círculo de protección que lo rodea por causa de su obediencia. Cuando el diablo logra hacer caer al creyente en la tentación, el círculo de protección se rompe y se abre una brecha que le otorga una entrada legal a satanás a su vida por haber desobedecido el mandamiento de Jehová Dios. Luego que satanás logra su propósito de hacer caer en el pecado de desobediencia, con su espíritu de fornicación o de adulterio, se instala legalmente en la vida del caído o caída, junto a varios otros espíritus que acompañan a la fornicación y el adulterio. Es como una ocupación de territorio en una guerra por el enemigo. Entre los espíritus que acompañan a la fornicación y el adulterio están: la rebeldía, el miedo, la dureza de corazón, la mentira, la vergüenza, la turbación de espíritu y la opresión mental.

El creyente pierde la paz en su interior, se llena de resentimiento, vergüenza y sentido de culpa, el Espíritu Santo es contristado dentro de él provocándole una profunda amargura. Ahora su mente y alma han recibido una invasión de espíritus demoníacos, que comienzan su obra destructora y de muerte. El campo de batalla constante del creyente que ha caído en pecado sexual es su mente, que no descansa de los ataques del enemigo que ha entrado a su vida. Las obras de la carne comienzan a manifestarse, alguna de ellas son: (Gálatas 5:19-21) “adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas...”.  El Espíritu Santo es cada vez más contristado y la angustia puede llegar a ser insoportable. Además de toda la lucha interna, mental, comienzan a manifestarse los problemas externos, con las amistades, familiares y por su puesto si se es casado con la pareja. Esto es a groso modo lo que quería lograr satanás para comenzar su diabólico plan, porque finalmente lo que quiere, es lograr que el creyente este en absoluta desobediencia a Jesucristo para llevarlo al mundo, donde por todos los medios tratará de destruirlo completamente.

Si es esta la situación de algunos de ustedes, les tengo buenas noticias. Primero les quiero decir que Dios nuestro Padre es misericordioso y perdona nuestros pecados, el profeta Isaías lo dice de esta forma: (Isa. 1:18) “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; y si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. El apóstol Juan lo dice así: (1 Juan 1:9) “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Y otra vez Juan dice: (1 Jn. 2:1) “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el padre, a Jesucristo el justo”.
PASOS PARA LA RESTAURACIÓN
1. RECONOCER QUE SE HA DESOBEDECIDO Y COMETIDO UN PECADO DE MUERTE DELANTE DEL SEÑOR.
Pedir perdón al Señor con arrepentimiento y humillación sincera y verdadera, el arrepentimiento y la humillación debe ser con convicción de que se ha desobedecido delante de Jesucristo y de Jehová Dios y pecado contra si mismo y el prójimo. El Arrepentimiento debe ser en los términos de la Palabra Escrita en la biblia, no en lo que nos indique nuestra mente; Juan el Bautista dice: (Mateo 3:7-9) “7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”. La convicción de pecado debe ser absoluta y completa con repudio y renunciación a la acción cometida.

2. EL ARREPENTIMIENTO DEBE ESTAR ACOMPAÑADO DE CONVERTIMIENTO.
Esto significa, dejar inmediatamente el pecado y la desobediencia, un volverse absolutamente en 180º del camino equivocado y ponerse en obediencia a su Palabra. El convertimiento también debe ser en los términos de la Sana Doctrina de Cristo, como lo dice el profeta Joel: (Joel 2:12 y 13) “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mi con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”.

No permitas que tu mente natural argumente a favor del pecado que has cometido, ni busques justificaciones, esto sería una muestra de un falso arrepentimiento y el enemigo seguiría haciendo presa de ti, no hagas caso de los ofrecimientos de satanás, pues él no se alejará inmediatamente de ti, sino que te buscará por algún tiempo para tratar nuevamente de hacerte caer en desobediencia. Tu resistencia debe ser firme y sin vacilación. El apóstol Santiago nos da la fórmula de resistir en forma correcta, él dice: (Stg. 4:7-10) “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”. Si te mantienes en obediencia, nuevamente el círculo de protección se cerrará a tu alrededor y el Espíritu Santo comenzará su obra de restauración y limpieza en tu vida.

3. TU DECISIÓN DE VOLVER A LA OBEDIENCIA, DEBE SER UN ACTO FIRME E INQUEBRANTABLE DE TU VOLUNTADA SOMETIDA AL SEÑOR.
La victoria y restauración completa para tu vida la obtendrás con una decisión firme, inquebrantable y trascendente de renunciación al pecado y la desobediencia. Si permites en algún rincón de tu corazón la posibilidad de continuar con el pecado, porque te parece una buena alternativa, estarás muy equivocado y en serio peligro, la restauración demorará más tiempo o tal vez nunca la logres. Es la decisión de tu vida, obedecer o no obedecer.

4. DEBERÁS REALIZAR UN ACTO DE VALENTÍA SUPREMA
Finalmente, para tu restauración completa es necesario un acto de valentía suprema, deberás enfrentar las consecuencias de tu desobediencia, luchar hasta reparar los daños que el enemigo te ha causado, reconocer con humildad y sinceridad tu error, pero sabiendo que Jehová Dios por medio de Jesucristo te ha perdonado y que ya ha comenzado tu proceso de restauración, y como dijo el apóstol Pablo, tú también puedes decir: (Filipenses 4:13) “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Gloria a Jehová Dios y a nuestro Señor Jesucristo por su amor.

CONCLUSIÓN:
Si tu arrepentimiento y conversión son genuinos, el enemigo ha sido echado de tu vida por Jesucristo, pero quedarán alguna marcas y manchas en tu mente, que el Espíritu Santo te ayudará paso a paso a sacar de ella. Recuerda que tu alma ha experimentado una invasión de espíritus demoníacos, que aunque han sido echados de tu vida por el Poder de Dios, quedarán algunas huellas por algún tiempo.

En nuestra alma están nuestras emociones, sensaciones, imaginaciones y la voluntad, después de una caída de este tipo quedan algunas manchas y huellas, por ejemplo vendrán recuerdos y sensaciones que te atormentarán, de ninguna manera cedas a tus recuerdos y los deseos de tu carne, crucifícala en el nombre de Jesucristo. Es aquí donde debes echar mano a las armas de nuestra milicia de las que el apóstol Pablo dice: (2 Corintios 10:4-6) “3  Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.

Las fortalezas son las estructuras mentales equivocadas, que el enemigo logra crear en nuestras mentes con su invasión demoníaca cuando estamos en desobediencia, las cuales debemos destruir y derribar completamente a través de las armas espirituales y la obediencia absoluta al Señor. No debes asustarte si hay demora en que tu mente quede completamente limpia, es un proceso de limpieza que puede demorar, pero persiste hasta que con la gracia del Espíritu Santo y tu constancia, logres la limpieza completa.

Con oración, sometimiento a la voluntad de Jehová Dios nuestro Padre Celestial y a nuestro Señor Jesucristo, confesión de la Palabra de Dios y el tiempo, el Espíritu Santo limpiará tu vida y te dará la victoria completa sobre la tentación y la caída. Como dice el apóstol Pablo a los filipenses: (Fil. 1:6) “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Gloria a Jehová Dios nuestro Padre Celestial y a nuestro Señor Jesucristo por su gracia magnífica.

Dios les bendiga amados hermanos y adelante, Dios te ama y te ayudará.

PREDICADORA DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO: ASUCENA ALAMILLO; Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.                                  https://www.facebook.com/milibertadorviene
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