jueves, 26 de noviembre de 2015

A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS

A CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR,  Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS

En cierta ocasión, los enemigos de Jesús pensaron atraparle con una pregunta capciosa. Le preguntaron si estaba bien pagar los impuestos al emperador romano. La trampa que contenía la pregunta era ésta. Si Jesús respondía que sí había que pagar los impuestos, perdería su apoyo entre el pueblo común. Para ellos, el gobierno de Roma no tenía ningún derecho a gobernarlos. Por otra parte, si Jesús decía que no había que pagar los impuestos, podrían acusarlo ante las autoridades de provocar la rebelión entre el pueblo, diciéndoles que no cumplieran con sus deberes civiles. ¡Creían que le habían tendido la trampa perfecta a Jesús!

Ahora bien, estoy seguro que a todos nos encantaría si Jesús hubiera respondido que no es necesario pagar los impuestos. Pero esto no es lo que hizo. Pidió que le trajeran una moneda, y luego preguntó de quién era el retrato que llevaba. Cuando le respondieron que era del emperador, el césar, El dijo: (Lucas 20:25) “Entonces les dijo: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios”.

¡Una respuesta muy sabia! Ahora bien, si no pagamos nuestros impuestos, hay consecuencias, ¿no es cierto? Podemos encontrarnos en serios problemas legales. Pero ¿cuáles serán las consecuencias de no darle a Dios lo que es de El? ¿Habrá consecuencias? Al estudiar la Palabra de Dios, descubrimos que sí hay consecuencias cuando no le damos a Dios lo que le pertenece.

Para descubrir cuáles son, abramos la Biblia en (Malaquías 3:6-12) “6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 7 Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. 11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”.

La Doctrina de Cristo por medio del profeta Malaquías escribió a un pueblo indiferente y desidioso. Años antes, Dios había hecho algo grande al traerlos de regreso a la tierra después del exilio. Pero ya se les había acabado el entusiasmo inicial de estar de vuelta en la tierra prometida, y habían caído en una rutina religiosa.

Seguían las costumbres que sus padres les habían enseñado, de dar limosnas a Dios o lo que traigas de sobra en cambio en tu bolsillo y todo esto lo hacen a medias. Asisten a la casa de oración de nuestro Dios, pero sólo por compromiso; llevaban sus sacrificios de ofrendas dañadas e imperfectas. Es tan fácil caer en la misma trampa en la que cayeron ellos. Lo he visto en mi propia vida.


Nos conformamos con las cosas grandes que Dios ha hecho en el pasado, en lugar de entregarnos a Jesucristo al cien por ciento y esperar cosas más grandes para nuestro  futuro. Este compromiso mediocre también se veía en sus finanzas. Sabían lo que Dios esperaba de ellos, pero les resultaba difícil dárselo. Creían que, si daban el diezmo, lo demás no les iba a alcanzar. Lo que no lograban comprender era que les faltaba dinero precisamente porque no daban a Dios lo que le corresponde.

La primera cosa que nos vamos a llevar de este pasaje es el siguiente: La fidelidad en las finanzas demuestra obediencia y fe. En los versículos 6 y 7, vemos una comparación entre la fidelidad de Dios y la infidelidad de su pueblo. Dios no cambia; El ha guardado su promesa a Abraham, y hasta el día de hoy, el pueblo de Israel que somos tu y yo por que antes no éramos pueblo pero gracias a Jesucristo ahora lo somos y seguimos en existiendo. ¡Dios es fiel!

Nosotros, en cambio, solemos ser muy volubles. No es algo nuevo; la raza humana siempre ha sido así. Pero Jehová Dios nos dice: "Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes". No es tarde. Hemos fallado, hemos sido desobedientes, y hemos traído sobre nuestra vida, familia e iglesia las consecuencias. Pero ¡hoy es el día para cambiar! ¡Hoy es el día para recapacitar!

De otro modo, dice Dios, le estamos robando. "¿En qué sentido tenemos que volvernos?" - pregunta el pueblo. En otras palabras, ¿cómo te hemos fallado? ¿En qué sentido hemos sido desobedientes? ¿Cuál ha sido nuestra falla? La respuesta viene, escalofriante y sincera: Ustedes están robando a Dios.

Pensemos un rato. Nadie le robaría a una persona sabiendo que se va a dar cuenta. Los carteristas roban a sus víctimas cuando están distraídos. El estafador engaña a sus víctimas para que no entiendan lo que les está sucediendo. El que le roba dinero a su patrón lo hace secretamente, para que nadie se dé cuenta.

Si se nos ocurriera robarle a Dios, entonces, tendría que ser porque pensamos que Él no se va a dar cuenta. ¡No existe otra explicación! Si hemos llegado a entender, en base a la Biblia, que el diezmo le pertenece a Dios, y no se lo damos, es simplemente una falta de fe en Él. Esto es desobediencia.

Es muy importante que tú y yo entendamos esto. El diezmo no es algo que damos cuando nos parece que la iglesia necesita ayuda. No es algo que damos sólo cuando nos sobra dinero. No es algo que damos cuando nos ha ido bien, y estamos especialmente agradecidos con Dios.

El diezmo es un acto de obediencia a Dios, y es un acto de fe en Dios. Es un acto de fe, porque cuando tú separas de tus ingresos cada semana el diez por ciento, le estás diciendo a Dios que tú confías en Él para que lo demás alcance. En cambio, cuando no lo haces, con tu acción le dices que tú crees que Él no es capaz de suplir tus necesidades.

Les voy a poner una ilustración: Si yo les preguntara ¿por qué no diezman? Muchos me contestarían que muy trabajosamente les alcanza lo que tienen y que si diezman van a estar en peor condición pues no tienen mucho ¿Verdad? Bueno, y si yo les dijera a cada

uno de Ustedes, prometiéndoles que si diezman como debe de ser y no les alcanza entonces solo díganmelo y yo les voy a dar lo que les falte, para completar su semana o su quincena ¿Qué les parece? ¿Verdad que así sí diezmarían? Seguramente aceptarían.
Les preguntó ahora esto: ¿Si están dispuestos a confiar en mí, ¿por qué no están dispuestos a confiar en Dios? A ti que no diezmas, te hago la misma pregunta: ¿por qué no estás dispuesto a confiar en Dios? ¿Por qué no crees que Jehová Dios te puede hacer alcanzar tu sueldo? El diezmo es un reflejo de tu fe y compromiso con Dios.

Pero hay algo más. La segunda cosa que descubrimos en este pasaje es lo siguiente: La fidelidad en las finanzas trae bendición. Para empezar, Dios les dice que todos están bajo castigo porque han fallado en traerle los diezmos. Es por esto que sus cosechas se arruinan, o sus salario no les alcanza.  

Sin embargo, dice Dios, "pruébenme en esto, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde". Esta es la única ocasión en la Biblia en la que Dios nos dice que lo pongamos a prueba. Otros pasajes nos dicen que no lo pongamos a prueba, pero aquí Jehová Dios hace una excepción: Jehová Dios nos invita a probarle en el área de dar. Si empezamos a dar con disciplina y sinceridad, Jehová Dios promete derramar bendición sobre nosotros.

Sin embargo, existen personas que dicen que esta promesa no es para nosotros. Dicen que el diezmo sólo es parte del Antiguo Testamento, y que ya no estamos bajo esta obligación. Es cierto que hay muchos aspectos de la ley del Antiguo Testamento que han sido cumplidas en Jesús, y que ya no estamos bajo la obligación de obedecer.

En cada uno de estos casos, hay pasajes claros del Nuevo Testamento que demuestran que ya no se aplican a nosotros. Por ejemplo, en cuanto a los alimentos, (Marcos 7:19) dice claramente que Jesús los declaró limpios a todos: "porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos". Ya no tenemos que observar esas leyes.

Pero en cuanto al diezmo, sucede lo contrario. Cuando Jesús habló del diezmo en (Mateo 23:23), dijo claramente que no lo debíamos descuidar: “¡Ay de vosotros,  escribas y fariseos, hipócritas! Porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.

La Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo también deja claro que él espera que todos los miembros den, y que lo hagan con alegría. (2Corintios 9:6-8) “6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente,  generosamente también segará. 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”.

Por lo tanto, esta promesa todavía es aplicable a nosotros, porque todavía estamos bajo la responsabilidad de dar a Jehová Dios el diez por ciento. Dios todavía nos promete que, si somos fieles en esto, Jehová Dios nos bendecirá de una forma desbordante.

Será a tal grado que incluso otros lo reconocerán, como lo dice (Malaquías 3:12) “Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”.

Quiero darles otra ilustración acerca del diezmo. Vamos a pensar que Ustedes le prometen a Jehová Dios que le dará el diezmo. Y pensemos, que están ganando el mínimo 600 pesos mexicanos a la semana, y tu diezmo será de $60. A los pocos años por la fidelidad de Jehová Dios tus ingresos habrán subido enormemente, a tal grado que tú diezmo ahora son de $600 a la semana. Haciendo cuentas, nos damos cuenta de que estarás ganando $6000 por semana. Seguramente me llamarías y me preguntarías
Pastor, no habría forma de salir de mi compromiso de diezmar, pues me está costando mucho dinero. Como pastor tengo esta respuesta: "No veo forma de que te salgas de tu compromiso, pero si quieres, lo que podemos hacer es pedirle a Dios que tus ingresos bajen para que vuelvas a ganar $600 por semana. Así no tendrías problema en dar tus $60 pesos".

Nos reímos de la historia, pero ¿no es así que pensamos muchas veces? Jehová Dios nos bendice, pero se nos olvida que fue Jehová Dios quien nos bendijo. Nos pesa ser fieles con Jehová Dios.

(1Cronicas 29:14) “Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”.

"He tratado toda mi vida de guardar cosas entre mis manos y las he perdido todas, pero todo lo que he puesto en las manos de Jehová Dios todavía lo poseo."

Hoy, hemos hablado del diezmo. Quiero invitarte ahora a hacer un compromiso ante Jehová Dios de serle fiel en esta área. Dile que quieres mostrar tu fe en Jehová Dios, y ser obediente. Dile que confías en su promesa de bendecirte. Jehová Dios es fiel.

PREDICA en Lerma por: PASTOR Víctor R. Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo, estoy ofreciendo:
MATERIALES BÍBLICOS GRATIS Todo es completamente gratis, como escritor de estos materiales te voy a dar los originales para que tú le pongas el nombre de tu Iglesia o tu ministerio o le hagas las modificaciones que a ti te parezcan convenientes. Mi interés es que me des la oportunidad de servirles pues me queda muy claro que mi llamado no es de ser titular sino el de servir y que la Sana Doctrina de Cristo corra como un río poderoso arroyando toda basura de ignorancia.

Por favor si les interesan estos materiales escríbanme pidiéndomelos a cualquiera de los siguientes correos, y con mucho gusto y en el amor a Cristo se los enviaré inmediatamente sin cuestionar nada y que el Espíritu Santo los dirija y los lleve por buen camino, solo les pido en este mismo amor NO LO VENDAN: lo recibes de gracia dalo de gracia.
También les invito con mucho respeto a todas sus creencias a visitar el BLOGSPOT que Dios me ha regalado y que, con mucho amor he puesto algunos estudios que Dios me ha regalado en revelación, Efesios 3:8.
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