viernes, 31 de octubre de 2014

LA SANA DOCTRINADE CRISTO TE ENSEÑA JÓVEN A VALORAR TU VIDA

LA SANA DOCTRINADE CRISTO TE ENSEÑA JÓVEN A VALORAR TU VIDA
(2Corintios 6:1-10) “1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios. 2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. 3 No damos a nadie ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado; 4 antes bien,  nos recomendamos en todo como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; 5 en azotes, en cárceles, en tumultos,  en trabajos, en desvelos, en ayunos; 6 en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, 7 en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; 8 por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; 9 como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; 10 como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo”.

Gracias a Dios por su Don inefable, gracias a Dios por su amor y misericordia, porque nuevas son cada mañana y grande es su fidelidad. Jehová Dios es el único Dios Verdadero, Dios es Inmutable y no cambia, nosotros somos los que cambiamos, hay veces por nuestra actitud, por nuestro carácter, porque somos humanos y como humanos le fallamos a nuestro creador, y es por eso que cuando fallamos necesitamos ayuda, necesitamos a los demás, y Dios a nuestro lado, siempre lo necesitamos.
La Sana Doctrina de Cristo en la palabra dice; (Rev 2:10) “No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados,  y tendréis tribulación por diez días.  Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. También dice; (Mat 28:20) “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”.

JEHOVÁ DIOS ES EL DADOR DE LA VIDA. (Génesis 1:26) “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.
Jehová Dios quiere que le seamos fieles, así como Jehová Dios lo es para con nosotros, porque Jehová Dios nos dio el aliento de vida, y ahora Jehová Dios nos ayuda también en nuestras debilidades, nos enseña, nos guía, nos fortalece, y es por eso que nuestros labios debemos de usarlo para bendecir y no para maldecir.

Nuestros cuerpos están constituidos por órganos vitales, y muchas veces con ellas pecamos, tales como la boca, los ojos, los oídos, las manos, los pies, el corazón, la mente que controla nuestros pensamientos etc. ejemplo: (Proverbios 4:20-27) “20  Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal”.
Necesitamos tener mucho cuidado con lo que Jehová Dios nos dio, como Jehová Dios nos formó, pero para usarlos como Jehová Dios manda.
El hombre y la mujer pecaron desde un principio y cayeron en pecado, Dios les tenía en un lugar especial allí en el huerto del edén, pero ellos no valoraron las cosas que Dios les había dado, tenían todo cuanto querían, y cuando querían comer algo, solamente extendían las manos y la tomaban, pero querían más, querían conocer algo más, y no se conformaron con todo y estar en plena comunión con Jehová Dios, Dios bajaba y platicaba con ellos. Que precioso es estar en comunión con el Padre, porque Dios nos habla.

¿Por que hermano Víctor estás diciendo que Dios nos habla? Claro que Sí, nos habla, no bastan ver cada mañana la naturaleza que el formo, como es salir el sol, oír cantar a los pájaros, las primeras palabras de un niño, es Dios hablándonos mostrándonos de su amor y su misericordia. Cuantas veces nosotros también somos como aquellos en el principio, no valoramos lo que tenemos, tenemos vida, salud, alimento, un país libre y soberano, hay países que se están muriendo de hambre, hay países que están en guerra, hay personas que están postrados en una cama y desean su sanidad y no la tienen, hay hogares destruidos por el enemigo, y anhelan la unión de la familia y no la tienen, solo basta dar una mirada a tu alrededor y ves las cosas que no te gustaría y no me gustaría estar en sus zapatos.

SER AGRADECIDOS CON DIOS. Si tienes un hogar, una familia, unos hermanos dale gracias a Dios por ellos, ámalos, mira y vela por ellos, que por ello te ira bien. (Salmo 127:3) “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”.

ES URGENTE VALORAR LO QUE DIOS TE HA DADO. Es urgente valorar de todo lo que el señor nos ha dado, estar conscientes, lo que dice la Sana Doctrina de Cristo (Salmos 24:1) “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan”. Hay gente que no duerme bien por lo que posee, las riquezas no lo dejan dormir, mientras más tiene, mas quiere. Avaros, en cambio el que tiene lo necesario duerme bien, y en la mañana hasta ni se quiere levantar, por la paz que tiene, y más si busca de Dios. (Eclesiastés 5:12) “Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia”.

La vida de los jóvenes es de gran precio, nosotros como cristianos de la Sana Doctrina de Cristo debemos de cuidarla, protegerla de los malos hábitos, dormir bien, comer bien, vestir bien, asearse bien, como hombres y mujeres de Dios, aquí cabe mencionar cuando vas a la casa de DIOS vístase bien, tu mejor ropa, es la casa de DIOS, porque si te invitan a una fiesta del mundo, a una boda, hasta te consigues un traje y corbata para ir, pero hermano Dios ve los corazones y no lo de afuera, si pero la gente si te ve y das lugar a critica.

GUARDAR Y CUIDAR NUESTRO CUERPO. Como cristianos de la Sana Doctrina de Cristo no debemos de contaminar nuestros cuerpos, hay cristianitos que no han dejado el cigarro, la cerveza, u otras costumbres, no sabes que somos templo de Dios?. (1 Corintios 6:19,20) “19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.

Ahora bien, si tienes hambre comes y sacias tu hambre, porque tu cuerpo necesita el sustento diario, para que tu organismo funcione bien, así también tu alma y espíritu necesita el alimento espiritual, necesitas orar, leer la Biblia, cantar alabanzas, y adorar a Dios tu creador, y tu espíritu se sacia se motiva y estarás contento.

LA COMUNIÓN Y COMUNICACIÓN ES BIEN IMPORTANTE. Debemos de tener comunión plena con el Padre para saciarnos de esa sed espiritual, saciarnos de esa hambre de la palabra, así nuestras almas estarán fuertes y listas para toda artimaña del enemigo que quiera venir a asecharnos, no podrá, porque estamos fortalecidos con el poder de Dios, dice la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo: (Santiago 5:13) “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”.

SOMOS MÁS QUE VENCEDORES CON CRISTO. No dejes que el enemigo tome el control de tu vida, Jesucristo ya venció allá en la cruz del calvario, así que nosotros también somos más que vencedores. Cuando viene el enojo, la ira, la contienda, los celos, el temor, a tu vida, dile vete en el nombre de Jesús, no quiero que me perturbes, la palabra en la Sana Doctrina de Cristo dice (Santiago 4:7) “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
Jesucristo jóvenes es su refugio, Jesucristo es tu ayuda, de quien temerás, el enemigo te puede amedrentar, te puede gritar, pero mayor es Jesucristo que está contigo que el que está en el mundo. La Sana Doctrina de Cristo en la palabra dice: (Isaías 54:17) “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová,  y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”. También dice en: (Josué 1:9) “mira que te mando que te esfuerces que seas valiente, no temas ni desmayes que Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vallas”.
En los momentos más difíciles de  sus vidas jóvenes ahí está el Señor Jesucristo, Él no se olvida de Ustedes, y es por eso que Ustedes como cristianos no deben de olvidarse de Jesucristo. El Hombre te puede fallar, pero Jesucristo nunca te va a fallar.

LO BLANCO SIGNIFICA PUREZA Y SANTIDAD. Termino diciendo; en todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte el ungüento sobre tu cabeza. (Eclesiastés: 9:8) “En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza”. Esto quiere decir que no andes más en pecado para que tu alma este limpia, y nunca falte el ungüento sobre tu cabeza, es que el ESPÍRITU SANTO siempre te guíe lo que vayas a hacer.
Si le has fallado a Dios, reconcíliate con él pronto y no lo dejes para mañana, dale un buen trato a la vida antes que vengan los días malos en las cuales digas, no tengo en ellos contentamiento. 
Predica para jóvenes: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo
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LA SANA DOCTRINADE CRISTO NOS ENSEÑA A QUE NO MENOSPRECIEMOS LA CORRECCION

LA SANA DOCTRINADE CRISTO NOS ENSEÑA
A QUE NO MENOSPRECIEMOS LA CORRECCION
(Job 5:17,18) “17 He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso. 18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El hiere, y sus manos curan”.

Es muy importante entender que la finalidad de la corrección es para nuestro bien porque es aplicada con justicia divina y esto es motivo de gratitud, ya que no quiere que nos perdamos y esto es muy provechoso en nuestro diario vivir. (Hebreos 12:4-13) “4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige,  diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; 6 Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. 7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque  ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. 11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo,  sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. 12 Por lo cual,  levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; 13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino,  sino que sea sanado”. Todo lo dicho y declarado por Jehová Dios anteriormente es para que por medio del Poder de Dios que está en su Sana Doctrina de Cristo, estemos mejor preparados para recibir toda su instrucción y la obedezcamos. Pues vemos por qué no somos tan abiertos a la enseñanza como debiéramos, es decir, porque no conocemos suficientemente la majestad de Jehová Dios para ser tocados por el temor a Él.

Por esto tenemos que saber cómo gobierna Dios al mundo, y tenemos que considerar su infinita justicia, su poder y sabiduría. (Deu 6:25) “Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado”. Porque Dios no tiene por qué constreñirnos a rendirle honor; es suficiente con darnos la ocasión y con mostrarnos cómo es que hay motivos justos para hacerlo, y por qué nosotros deberíamos venir por nuestra propia decisión.
De manera entonces, tengamos en mente lo que ha sido previamente declarado, esto es, que cuando los juicios de Dios son puestos ante nosotros, no es asunto de reírnos o de bobear, sino que corresponde que todas las criaturas tiemblen ante ellos.
Y ahora dice que es "bienaventurado el hombre a quien Dios castiga y que por eso no debemos rehusar la corrección del Todopoderoso".

¿Qué hemos de hacer entonces? Debemos asegurándonos que es provechoso para nuestra salvación. De modo entonces, que estemos dispuestos a temerle con toda humildad, ahora nos muestra que Dios manifiesta amor, sin importar el rumbo que el mundo tome; y que, especialmente al corregirnos, nunca es tan severo con nosotros que no nos haga sentir su bondad y misericordia en ellos, a efectos de que nos acerquemos a Jesucristo y no desmayemos, como aquellos que tienen temor de ser confundidos.
Dios entonces, no tiene la intención de que su majestad sea tan terrible para nosotros; su intención, en cambio, es acercarnos a sí mismo, para que le amemos, no únicamente cuando nos hace bien, sino también cuando nos corrige por nuestros pecados. Vemos entonces lo que debemos aprovechar de este texto.
Sin embargo, pareciera que esta afirmación es contraria a lo que está escrito en el resto de las Sagradas Escrituras: es decir, que todas las miserias y calamidades de esta vida terrenal provienen del pecado y consecuentemente de la maldición de Dios.
(Deuteronomio 11:26-28) “26 He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: 27 la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, 28 y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido”.

¿De dónde proviene nuestra felicidad y gozo, sino de Dios? Y, por el contrario, cuando Dios está contra nosotros vemos que nuestra vida está en maldición. Nuevamente, cuando sentimos que por el hecho de corregirnos Dios está enojado con nosotros, aparentemente no hay felicidad en ello. Pero hemos de notar que aquí tenemos que tomar en cuenta la intención y el final que Jehová Dios persigue al corregirnos.

Es cierto que Dios indica cuanto aborrece el pecado, y es cierto que el orden por Jehová Dios señalado en la creación del mundo es trastornado cuando no nos trata como un Padre. Entonces ustedes ven, cómo todas las adversidades de la vida nos dan una señal de la maldición de Dios, para que así entendamos que el pecado desagrada a Dios, y que Dios lo odia y aborrece, y que no lo soporta puesto que él es la fuente de toda justicia. (1Jn 3:9) “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”. (1Jn 5:18) “Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”.

Jehová Dios no quiere que perezcamos y que nos solicita a volver a él. Porque las correcciones son como testimonios de que Dios está dispuesto a recibirnos en misericordia si reconocemos nuestras faltas y sinceramente pedimos que nos perdone.
Siendo esto el caso, no nos debe parecer extraño que la Sana Doctrina de Cristo diga que es bienaventurado el hombre a quien Dios corrige. Dios corrige a aquellos a quienes quiere mostrar su misericordia; pero vemos que también corrige a los malvados, permitiendo que sigan pecando para su mayor condenación.
Dios aflige tanto a buenos como a malos, Dios corrige como a hijos suyos, para provecho de ellos, según lo declara con las palabras que siguen, afirmando que él (Job 5:18) “Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; el hiere, y sus manos curan”.

Y, en efecto, tan malvada es la iniquidad de los hombres, tan testaruda, tan desesperada que cuando Dios más los corrige, más blasfemias dicen, mostrándose totalmente incorregibles, de modo que no hay forma de hacerles entrar en razón. Aprendamos entonces, que hasta que Dios nos haya tocado con su Santo Espíritu es imposible que sus correcciones sirvan para traernos al arrepentimiento, más bien nos llevarán de mal en peor.
Y, sin embargo, no se puede decir que Dios no sea justo el obrar de esta manera. ¿Y por qué? Porque de esa manera los hombres se convencen.
De modo que si Dios no nos mantuviera a raya, corrigiéndonos de nuestros pecados, todos podrían argumentar ignorancia, afirmando que no los sabíamos, y que todos nos excedemos por no haber sido invitados por Dios a reconocer nuestras faltas.
Entonces todos podemos ver cómo Dios muestra su justicia cada vez que corrige a los hombres, aunque dicha corrección resulta no ser para su enmienda. Porque ya comienzan su infierno en este mundo, conforme a los ejemplos que tenemos en todos aquellos que no cambian su malvada vida cuando Dios les envía aflicciones; no dejan de mostrar una continua cólera.

O bien son como caballos desbocados como se los compara en (Salmo 32:9) “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti”. También están completamente viciados de manera que no reconocen su propio mal, quiero decir como para considerar la mano que los golpea, como dice el profeta: (Amo 5:16-19)  “16 Por tanto, así ha dicho Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que sepan endechar. 17 Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice Jehová. 18 ¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; 19 como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra”.

Cuando sentimos la corrección que Jehová Dios, y además somos enseñados a arrepentirnos por todas nuestras ofensas, a suspirar y gemir por ellas en su presencia y a refugiarnos en su misericordia; si éste es nuestro sentir en cuanto a las correcciones de Dios, será señal de que Jesucristo ha obrado en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo. (2Tim 4:2) “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”.

Percibamos entonces que son bienaventurados aquellos a quienes Dios corrige, aunque huyamos de la adversidad tanto como nos sea posible. De modo entonces que nunca seremos capaces de consentir ésta Sana Doctrina y recibirla en nuestros corazones hasta que la fe nos haya hecho comprender la bondad que Dios usa para con sus siervos cuando los atrae de vuelta a sí mismo. (Juan 6:38,39) “38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”.

De modo que la mayor desgracia que nos puede ocurrir es que Dios permita que nos revolquemos en nuestras iniquidades; porque en este caso, finalmente nos pudriremos en ellas. (Jer 5:25) “Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien”.

Los padres van aún más allá, porque les gusta adular a sus hijos mientras que ellos se echan a perder; de esta manera Dios realmente nos ofrece pequeñas ilustraciones de aquello que es mucho mayor en Dios. Porque si nos tratara suavemente nos arruinaríamos del todo sin posibilidad de ser rescatados. Por esto, para mostrarse como padre hacia nosotros tiene que ser severo viendo que somos de una naturaleza tan rebelde que tratándonos gentilmente no seríamos capaces de aprovecharlo. ¿Ven ustedes cómo podemos entender la verdad de esta Sana Doctrina, de que es bienaventurado aquel a quien Dios castiga?

Considerando cuál es nuestra naturaleza, cuan testarudos somos, y cuán difícil es ponernos en orden, y que, si Dios nunca nos castigase no nos sería provechoso; y que por eso es menester que él nos mantenga bajo control, y nos dé tantos azotes como sean necesarios para que nos acordemos de Él. (Salmos 2:9) “Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás”.

Entonces, finalmente llegaremos a la conclusión de que es bienaventurado el hombre a quien Dios castiga; ciertamente, tanto más si añade la segunda gracia, esto es, para ser precisos, si aplica sus varas y sus correcciones enviando al Espíritu Santo para obrar de tal modo en el corazón del hombre que éste ya no se empecine en su oposición a Dios sino que pueda tener la consideración de reflexionar sobre sus propios pecados y ser dócil y humillarse verdaderamente. (Salmos 89:32) “Entonces castigaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades”. (Salmos 23:4)  “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.

Ustedes ven entonces por qué dije que el mayor beneficio que podemos recibir es ser corregidos por la mano de Dios a tal extremo que la corrección que nos envía nos sea más útil que el pan que comemos.

Porque sabemos que no es sin razón que el Espíritu Santo haya hecho esta afirmación. (Hebreos 12:11) “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados”. Dios también nos hará sentir las punzadas que nos causen dolor. Y este dolor es transformado en nuestro beneficio demostrándonos Dios que nos ama, no obstante, será necesario que haya algunas punzadas y dolores en ellas a efectos de que percibamos la ira de Dios y nos disgustemos con nosotros mismos en nuestros pecados.

Porque cuando decimos que somos bienaventurados al ser castigados por la mano de Dios, ello debe llevarnos a la humildad viendo que Dios no puede procurar nuestra salvación sino revelándose contrario a nosotros. (Proverbios 22:15) “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él”. ¿Acaso no hay que decir con justicia que en el hombre hay una corrupción extraña, de tal modo que Dios no pueda ser nuestro Salvador y Padre excepto tratándonos ásperamente? (Proverbios 23:13,14) “13 No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá. 14 Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol”. Porque su naturaleza es revelarse lleno de gracia y gentileza a sus criaturas y él sigue este orden que también seguiría con respecto a sí mismo puesto que no hace sino derramar su bondad sobre nosotros de modo que seamos llenos de su gracia y completamente cautivos por ella.

Pero sucede que si nos trata gentilmente conforme a su propia naturaleza e inclinación, estamos perdidos. (Proverbios 26:3) “El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, y la vara para la espalda del necio”. De modo que debe, por así decirlo, cambiar de parecer, es decir, mostrarse distinto hacia nosotros de lo que es. ¿Y cuál es la causa de ello? Nuestra desesperante maldad. (Proverbios 29:15) “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”. Por esto tenemos buenos motivos aquí para ser confundidos de vergüenza, viendo que Dios si quiere evitar que perezcamos.

Pero puesto que no podemos hacer una buena aplicación de esta enseñanza a nuestro uso sin añadir lo que sigue, procedamos a unir ambas cosas. Dice: (Job 5:19b) "Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso”. (Job 5:18) “porque él es quien hace la llaga, él la vendará; él hiere y sus manos curan”. Aquí se no exhorta a no rehusar las correcciones de Dios, y las razones se exponen claramente: esto es, para ser claros, porque Dios quiere hacer las cosas bien. Aprendamos aquí cuando Dios quiere exhortarnos a la paciencia no solamente nos dice que no podemos evitar su mano, que perdemos el tiempo rebelándonos contra él, que a pesar nuestro tenemos que transitar ese camino, y que no podemos resistir esa necesidad; de lo contrario sería como la llaman, si crujimos los dientes y nos levantamos contra Dios, cuanto podemos, de modo de no practicar la paciencia sino por la fuerza.

Por eso, si queremos ser pacientes con respecto a Dios tenemos que acercarnos a él por otros medios: esto es, para ser claros, al final tenemos que ser consolados, como lo dice la Sana Doctrina de Cristo a través del apóstol Pablo en (Romanos 15:3,4) “3 Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. 4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza”.

Donde une, como inseparables, estas dos cosas: es decir, (1) a efectos de que podamos tener paciencia en todas nuestras adversidades, es preciso que gustemos la bondad de Dios, recibiendo gozo por medio de su gracia, y (2) debemos convencernos de que las aflicciones provenientes de su mano son para nuestra salvación. Existen dos tristezas y las dos nos producen malestar en nuestros cuerpos: (2Corintios 7:10) “Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”.

Tanto más debemos meditar en la Sana Doctrina de Cristo que se nos muestra aquí: es decir, que Dios al afligirnos quiere someternos a sí mismo, sí, para nuestro beneficio y para nuestra salvación. Las correcciones están en todas partes; pero, ¿dónde está el arrepentimiento? No lo hay; en cambio vemos que aparentemente los hombres se conspiran a resistirse, hasta el límite, a Dios. ¿Por qué es esto? Es porque hay muy pocos que entienden ésta Sana Doctrina de Cristo.

Aquí se nos muestra una doble gracia: (1) Cuando Dios nos aflige es porque procura nuestro beneficio; nos lleva al arrepentimiento, nos purga de nuestros pecados y aún de los que nos son ocultos. Porque Dios no se conforma con remediar meramente los males ya existentes, sino que considera que en nosotros se oculta mucha semilla mala. Entonces pone, anticipadamente, las cosas en orden; es una bendición especial que nos otorga cuando aparentemente se vuelve contra nosotros con su espada desenvainada, para darnos una señal; de su enojo; cada vez que lo hace nos muestra que es nuestro médico. Esta es la primera gracia. (2) Luego, esta es la segunda gracia, que también se nos muestra claramente: es decir, que Dios sana la herida que nos ha causado y la cura. (1Corintios 10:13) “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. Que no nos permite ser tentados más allá de lo que podemos llevar, sino que él hace una buena obra con todas nuestras tribulaciones.
Entonces, aunque las correcciones sean útiles para nosotros, incluso necesarias, y aunque Dios tiene que invitarnos de diversas maneras a volver a él, no obstante nos guarda, no considerando solamente lo que nuestros pecados requieren, sino lo que somos capaces de soportar. Y es por eso que dice que nos castiga por medio de manos humanas, que su ira no es tan grande como su poder. Porque, ¿qué pasaría si Dios extendiese su mano contra nosotros? Ciertamente, ¿qué criatura podría subsistir delante de él? Ciertamente, con sólo mostrar el enojo de su rostro todo el mundo perecería; y aunque no lo hace, con sólo quitarnos su Espíritu, todo perecería como dice el (Salmo 104:29) “Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo”.

En cambio, nos trata amablemente, y al mismo tiempo también retira su mano de sobre nosotros cuando nos ve tan molidos y doblegados bajo la carga; él nos guarda, siempre y cuando seamos de espíritu humilde, tendiendo la correcta disposición. Porque sabemos lo que declara en su ley que si venimos atacándole él vendrá de la misma manera contra nosotros, como también lo dice el (Salmo 18:25-27) “25  Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto para con el hombre íntegro. 26 Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo serás para con el perverso. 27 Porque tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás los ojos altivos”.

En vano pensamos que vamos a llegar a alguna parte con el perverso, es decir, será duro cuando los hombres empleen tan obstinada malicia contra él, y bajo su dureza serán totalmente deshechos. Pero cuando tenemos buena disposición para sujetarnos a la mano fuerte de Dios, es cierto que siempre hallaremos en él lo que aquí se dice. (1 Pedro 5:5-7) “5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos,  sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. "Humillaos," dice, "bajo la poderosa mano de Dios"; porque todo aquel que humilla su cabeza, todo aquel que dobla sus rodillas ante Dios para rendirle homenaje, si cae, sentirá la mano de Dios levantándolo; pero aquel que se opone a Dios tiene que sentir su mano contra sí mismo.

¿Queremos sentir entonces la mano de Dios entre nosotros para ayudarnos? Humillémonos; pero, todo aquel que se oponga necesariamente dará contra la mano de Dios entre nosotros para ayudarnos. De modo que recordemos bien esta enseñanza encerrada en las palabras: "No rehúses la corrección del Todopoderoso". Cuando hayamos captado el significado de la bondad de Dios, cuando hayamos conocido su amor paternal, ello endulzará para nosotros las aflicciones que de otra manera nos parecerán severas y amargas.

Sin embargo, cada uno de nosotros tiene que aplicar esta enseñanza a su propio uso. Porque será muy fácil decir: "Bendito sea Dios que así castiga a los hombres" pero al ser castigados nosotros, no elevan alabanzas, sino más bien, murmuraciones contra Jehová Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo. Ahora bien, nunca debemos hacer semejante cosa; en cambio, cuando somos afligidos privadamente, recibamos con paciencia la corrección, y apliquemos a nosotros mismos las exhortaciones que sabemos dar tan bien a otros. (2Timoteo 4:1-5) “1 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;  redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4 y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. 5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio”.

Puesto que entonces, que Dios anhela este arreglo de remediar nuestros vicios afligiéndonos, (Salmo 119:64-69) “64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; Enséñame tus estatutos. 65 Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová,  conforme a tu palabra. 66 Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído. 67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra. 68 Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos. 69 Contra mí forjaron mentira los soberbios, mas yo guardaré de todo corazón tus mandamientos”.

David no está hablando de otros como diciendo, "Señor, has hecho bien en castigar a los transgresores," sino que comienza consigo mismo. Es así como debemos hacerlo. Y es esto lo que aquí se nos muestra por el Espíritu Santo, "he aquí bienaventurado el hombre a quien Dios castiga." ¿Y por qué? Porque los humanos no pueden admitir por sí mismos ser gobernados por Dios; se resisten y siguen incorregibles; por esto les es necesario y provechoso que Dios los castigue.

Ahora, puesto que hoy vemos la mano de Dios levantada, tanto en general como en particular, debemos ser tanto más afectados por esta enseñanza. Se ven cosas tan absurdas. Entonces, ¿vamos a mostrarnos asombrados si Dios manifiesta tal severidad? Es cierto que aparentemente no castiga a los malvados como a nosotros, aunque son tan rebeldes y obstinados. Tres últimos consejos de parte de Dios (1) (Pro 13:24) “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”. (2) (Pro 16:6) “Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. (3) (Pro 29:17) “Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma”. Y este es consejo para ti que oyes esta Palabra (Pro 29:19) “El siervo no se corrige con palabras; Porque entiende, mas no hace caso”.
Ahora, de nuestra parte, oremos a Dios que no permita que nos endurezcamos tanto, sino que tan pronto nos dé muestras de su ira, el Espíritu Santo obre de tal modo en nosotros que la dureza de nuestro corazón sea atenuada, a efectos de dar lugar a su gracia, habiéndonos recibido en su misericordia, según tenemos necesidad de ella, y según podemos percibirla, si no somos demasiado necios. Ahora, inclinémonos en humilde reverencia ante el rostro de nuestro Dios Jehová.

Predica: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
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APRENDIENDO DE LA LLUVIA TEMPRANA Y TARDIA POR MEDIO DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO

APRENDIENDO DE LA LLUVIA TEMPRANA Y TARDIA
POR MEDIO DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO

Se avecina una inundación espiritual. Jehová Dios lo ha prometido. Él nos ha prometido un derramamiento del poder del Espíritu Santo que producirá la cosecha más grande de almas que jamás se haya visto. (Joel 2:23) “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.

Como creyentes de la Sana Doctrina de Cristo, por años lo hemos leído en la Palabra y oído desde los púlpitos. Por tanto tiempo hemos estado observando el cielo, esperando que suceda, que ya tengamos calambres en nuestros cuellos espirituales. Hemos tenido esta imagen mental de Dios derramando su Espíritu Santo desde un enorme cántaro celestial encima de nosotros.

Pero, ¿Saben qué? Hemos estado mirando en la dirección equivocada. Los cántaros que Dios va a usar para verter su poder están aquí en la tierra. Jesús lo explicó así. (Juan 7:38) "El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva."
El torrente del tiempo final que hemos estado esperando va a estar compuesto de aguas vivas que se derramarán de los creyentes de la Sana Doctrina de Cristo. El Espíritu Santo dentro de nosotros será la fuente de todas las señales, maravillas y milagros que los profetas anunciaron. Cuando comencemos a orar con fervor la oración de intercesión, el derramamiento de ese Poder comenzará a fluir a través de los que pongamos por obra lo que creemos. (Santiago 1:16-23) “Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. 18 El, de su voluntad, nos hizo nacer por la Palabra de Verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. 19 Por esto, mis amados hermanos,  todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la Palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural”.

(Zacarías 10:1-3) dice: “1 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno. 2 Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor. 3 Contra los pastores se ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá como su caballo de honor en la guerra”.

Nuestras oraciones intercesoras son las que liberarán el gran derramamiento del Espíritu Santo de Dios. Al comenzar a unirnos y clamar a Dios, los ríos de agua viva en cada uno de nosotros se unirán y llegarán a ser una inundación de poder espiritual en la tierra.

Así que pida y ore por una fuerte inundación del Espíritu Santo. Interceda por el derramamiento. Haga de este diluvio de poder espiritual una prioridad en su vida de oración. ¡Gloria a Dios, ya ha empezado a llover
"Y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía". En el Estado de México la lluvia temprana cae en el tiempo de la siembra. Es necesaria para que la semilla germine. Gracias a la influencia de estas lluvias fertilizantes, aparecen los tiernos brotes. La lluvia tardía, que cae hacia el fin de la temporada, madura el grano y lo prepara para la siega. Jehová Dios emplea estos fenómenos naturales para ilustrar la obra del Espíritu Santo.

Así como el rocío y la lluvia caen al principio para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento espiritual. La maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el Poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen de Jehová Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Jesucristo.

La lluvia tardía que madura la cosecha de la tierra representa la gracia espiritual que prepara a la iglesia para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Pero a menos que haya caído la lluvia temprana, no habrá vida; la hoja verde no aparecerá. A menos que los primeros aguaceros hayan hecho su obra, la lluvia tardía no podrá perfeccionar ninguna semilla.

LA APLICACIÓN HISTÓRICA A LA IGLESIA
COMO CONJUNTO DE LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
La lluvia temprana vino en Pentecostés en el año 31 D.C. En obediencia a la orden de Cristo, los discípulos aguardaron en Jerusalén la promesa del Padre, el derramamiento del Espíritu Santo. No aguardaron ociosos. (Lucas 24:49-53) “49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto. 50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51 Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. 52 Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; 53 y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios.  Amén”.

Mientras los discípulos esperaban el cumplimiento de la promesa, humillaron sus corazones con verdadero arrepentimiento, y confesaron su incredulidad... Los discípulos oraron con intenso fervor pidiendo capacidad para encontrarse con los hombres, y en su trato diario hablar palabras que pudieran guiar a los pecadores a Jesucristo. Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de supremacía, se unieron en estrecho compañerismo cristiano.
El Espíritu fue derramado después que los discípulos hubieron llegado a la unidad perfecta, cuando ya no contendían por el puesto más elevado.
(Marcos 9:32-35) “32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle. 33 Y llegó a Capernaum; y cuando estuvo en casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? 34 Mas ellos callaron; porque en el camino habían disputado entre sí, quién había de ser el mayor. 35  Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”.
(Mat 23:10-12) “10 Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”. El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue el comienzo de la lluvia temprana, y gloriosos fueron los resultados. Hasta el fin del tiempo, la presencia del Espíritu ha de morar con la iglesia fiel.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
TENDRÁ CONSECUENCIAS DE LA LLUVIA TEMPRANA COMO EN PENTECOSTÉS
Bajo la influencia del Espíritu, las palabras de arrepentimiento y confesión se mezclaban con cantos de alabanza por el perdón de los pecados... Miles se convirtieron en un día...
El Espíritu Santo... los habilitaba para hablar con facilidad idiomas antes desconocidos para ellos... El Espíritu Santo hizo por ellos lo que los discípulos no hubieran podido llevar a cabo en todo el curso de su vida.
Sus corazones estaban sobrecargados con una benevolencia tan plena, tan profunda, de tanto alcance, que los impelía a ir hasta los confines de la tierra, para testificar del poder de Cristo.

¿Cuál fue el resultado del derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés? Las alegres nuevas de un Salvador resucitado fueron llevadas a las más alejadas partes del mundo habitado... La iglesia veía afluir a ella conversos de todas direcciones.
Los apóstatas se reconvertían... La ambición de los creyentes era revelar la semejanza del carácter de Cristo, y trabajar para el engrandecimiento de su reino.
EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO LA PROMESA DE LA LLUVIA TARDÍA:
El derramamiento del Espíritu en los días de los apóstoles fue "la lluvia temprana", y glorioso fue el resultado. Pero la lluvia tardía será más abundante.
Cerca del fin de la siega de la tierra, se promete una concesión especial de gracia espiritual, para preparar a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Este derramamiento del Espíritu se compara con la caída de la lluvia tardía.
Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés. Como la "lluvia temprana" fue dada en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la "lluvia tardía" será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
LA LLUVIA TARDÍA PRODUCIRÁ EL FUERTE CLAMOR:
La aplicación personal a los cristianos como individuos. La lluvia temprana produce conversión; la lluvia tardía desarrolla un carácter semejante al de Cristo.
En ningún momento de nuestra experiencia podemos prescindir de la ayuda que nos capacitó para comenzar. Las bendiciones recibidas en ocasión de la lluvia temprana nos son necesarias hasta el mismo fin... Al buscar a Dios para que nos conceda el Espíritu Santo, Él producirá en nosotros mansedumbre, humildad de mente, y una consciente dependencia de Dios con respecto a la lluvia tardía que trae perfección.

El Espíritu Santo busca morar en cada corazón donde está tu alma. Si se le das la bienvenida como a un huésped honrado, los que lo reciban serán hechos completos en Cristo. La buena obra que ha sido comenzada, será terminada; pensamientos santos, afectos celestiales y acciones semejantes a las de Cristo reemplazarán a los pensamientos impuros, los sentimientos perversos y los actos rebeldes.

Podemos haber recibido cierta medida del Espíritu de Dios, pero mediante la oración y la fe debemos tratar de obtener una porción más abundante. No debemos cesar nunca en nuestros esfuerzos. Si no progresamos, si no asumimos la actitud necesaria para recibir tanto la lluvia temprana como la tardía, perderemos nuestras almas, y la responsabilidad será solamente nuestra... Las convocaciones de la iglesia, tales como en las que se trabaja personalmente por las almas, son las ocasiones señaladas por Dios para dar la lluvia temprana y la tardía. Debiéramos orar tan fervientemente por el descenso del Espíritu Santo como los discípulos oraron en el Día de Pentecostés. Si ellos lo necesitaban en aquel entonces, nosotros lo necesitamos más hoy en día.

El descenso del Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del futuro; pero es el privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en él. Debemos tenerlo, y el cielo está esperando concederlo.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS HUMILLAR NUESTROS CORAZONES EN VERDADERO ARREPENTIMIENTO:
La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra.

Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones de nuestro Señor Jesucristo, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos.

Sin embargo, mediante la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Sólo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento.

Debe haber un reavivamiento cabal entre nosotros. Debe haber un ministerio convertido. Muchos que están predicando la Palabra necesitan la gracia transformadora de Cristo en sus corazones. No debiéramos permitir que nada nos impida hacer una obra evangelistica antes que sea demasiado tarde para siempre.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS DESECHAR TODA LUCHA Y DISENSIÓN:
Cuando los obreros de valor tengan a Jesucristo que more permanentemente en sus corazones donde están sus almas, cuando todo egoísmo esté muerto, cuando no haya rivalidad ni lucha por la supremacía, cuando exista unidad, cuando se santifiquen a sí mismos, de modo que se vea y sienta el amor mutuo, entonces las lluvias de gracia del Espíritu Santo vendrán sobre ellos tan ciertamente como que la promesa de Dios nunca faltará en una jota o tilde. Pero cuando es rebajada la obra de otros, para que los obreros de valor puedan mostrar su propia superioridad, demuestran que su propia obra no lleva la señal que debiera. Dios no puede bendecirlos.

Si subsistimos en el gran día del Señor, con: Jehová Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo como nuestro refugio y nuestra fortaleza, debemos abandonar toda envidia y toda contienda por la supremacía. Debemos destruir completamente la raíz de estas cosas impías para que no puedan surgir de nuevo a la vida. Debemos ponernos plenamente del lado de Nuestro Señor Jesucristo. Desechen los cristianos todas las disensiones, y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición prometida, y ella les vendrá.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO DEBEMOS AMARNOS UNOS A OTROS:
El cristianismo en la Sana Doctrina de Cristo se ha de revelar en el más tierno afecto mutuo... Jesucristo ha de recibir supremo amor de parte de los seres que ha creado. Y requiere que el hombre fomente una consideración sagrada por sus prójimos. Cada alma salvada lo será por el amor que comienza con Dios. La verdadera conversión es un cambio del egoísmo al amor santificado para Dios y al amor mutuo entre los hombres. Los atributos que Dios más aprecia son la caridad y la pureza, y debieran ser estimados por todo cristiano. El argumento más poderoso en favor del Evangelio es un cristiano amante y amable.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO SE REQUIERE UNA ENTREGA TOTAL:
Jehová Dios no aceptará nada a menos que sea una entrega sin reservas. Los cristianos aún cundo estén en la Sana doctrina de Cristo pero que sean indiferentes y pecaminosos nunca podrán entrar en la presencia de nuestro Señor Jesucristo. No encontrarían felicidad en él, porque no saben nada de los principios elevados y santos que gobiernan a los miembros de la familia real. El verdadero cristiano que es fiel a la Sana Doctrina de Cristo, mantiene abiertas hacia el cielo las ventanas del alma. Vive en compañerismo con Jesucristo. Su voluntad se conforma a la de Jesucristo. Su mayor deseo es llegar a ser más y más semejante a Jesucristo.

Esta Palabra me ha dado Dios para compartírselas (Isa 46:3  Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. 4 Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. 5 ¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes?”. Cada uno de Ustedes ha sido traído a este lugar donde se predica la Sana Doctrina de Cristo por Voluntad de Jehová Dios, para para hacer de Ustedes árboles de su prado que llevan mucho fruto, aquí es el taller de Jesucristo dónde el Espíritu Santo trabaja en cada uno de nosotros, puliendo toda aspereza y redarguyéndonos de todo pecado y dándonos discernimiento para no caer en tentaciones.
NO PODEMOS EMPLEAR AL ESPÍRITU SANTO. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu Santo obra Dios en su pueblo: (Fil. 2:13) “12 Por tanto,  amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13  porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. 14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; 16 asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado”.  Pero muchos no quieren someterse a esto. Quieren manejarse a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO
DEBEMOS DESPEJAR EL CAMINO PARA LA LLUVIA TARDÍA:
En esta revelación vi que nadie podrá participar del "refrigerio" a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor: al mundo y toda palabra y obras malas. Por lo tanto, debemos acercarnos más y más al Señor Jesucristo y buscar anhelosamente la preparación necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla, en el día que vuelva Nuestro Señor Jesucristo. Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés.

No hay nada que satanás tema tanto como que el pueblo de Dios despeje el camino quitando todo impedimento, de modo que Jehová Dios pueda derramar su Espíritu Santo sobre una iglesia decaída y una congregación impenitente... Cada tentación, cada influencia opositora, ya sea manifiesta o secreta, puede ser resistida con éxito: (Zac. 4:4-7) “4  Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5 Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella”.
Vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación. Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a Jesucristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu Santo. Tal como las esposas idóneas a sus maridos.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO DEBEMOS
CONVERTIRNOS EN OBREROS ACTIVOS EN EL SERVICIO DE JESUCRISTO:
Cuando las iglesias lleguen a ser iglesias vivientes y laboriosas, se les dará el Espíritu Santo en respuesta a su sincero pedido... Entonces se abrirán las ventanas del cielo para los aguaceros de la lluvia tardía. El gran derramamiento del Espíritu de Dios que ilumina toda la tierra con su gloria, no acontecerá hasta que tengamos un pueblo iluminado, que conozca por experiencia lo que significa ser colaboradores de Dios. Cuando nos hayamos consagrado plenamente y de todo corazón al servicio de Jesucristo, Dios lo reconocerá por un derramamiento sin medida de su Espíritu Santo; pero esto no ocurrirá mientras que la mayor parte de la iglesia no colabore con Dios.

Cuando la iglesia haya dejado de merecer el reproche de insensibilidad y pereza, el Espíritu Santo de Dios se manifestará misericordiosamente. La potencia divina será revelada. La iglesia verá las dispensaciones providenciales de Jehová Dios de los Ejércitos.
No necesitamos preocuparnos por la lluvia tardía. Todo lo que debemos hacer es mantener limpio el recipiente y ponerlo hacia arriba, listo para recibir la lluvia celestial, y perseverar en oración.
Al buscar así a Dios, permítanme decirles que Dios está permanentemente preparándolos, dándoles su gracia. La respuesta puede venir con rapidez repentina y con poder abrumador, o puede demorarse por días y semanas, y nuestra fe ser probada. Pero Dios sabe cómo y cuándo contestar nuestra oración. Nuestra parte del trabajo es ponernos en conexión con el canal divino. Jesucristo es responsable por su parte del trabajo. Fiel es el que ha prometido. (Deuteronomio 7:7-11)  “7 No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; 8 sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. 9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; 10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago. 11  Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas”. El asunto grande, e importante para nosotros es ser de un corazón y mente, desechando toda envidia y malicia y, como humildes suplicantes, velar y esperar. Jesús, nuestro Representante y Cabeza, está listo para hacer por nosotros lo que hizo por los que estaban orando y velando en el Día de Pentecostés.

EN LA SANA DOCTRINA DE CRISTO NO TODOS RECIBIRÁN LA LLUVIA TARDÍA:
Se me mostró que si el pueblo de Dios no hace esfuerzos de su parte, sino que espera que el refrigerio descienda sobre ellos y elimine sus faltas y corrija sus errores; si depende de esto para limpiarse de la inmundicia de la carne y del espíritu, y alistarse para participar en el fuerte clamor, será hallado falto. ¿Esperamos ver que se reavive toda la iglesia? Entonces este tiempo nunca llegará. Hay personas en la iglesia que no están convertidas y que no se unirán a la oración ferviente y eficaz. Debemos hacer la obra individualmente. Debemos orar y meter las manos en la obra de Dios más y hablar menos.  

Podemos estar seguros de que cuando el Espíritu Santo sea derramado, los que no recibieron y apreciaron la lluvia temprana no verán ni entenderán el valor de la lluvia tardía.

Sólo los que estén activos en la obra de Dios viviendo en este nivel de luz y que tienen luz, recibirán más luz. Amenos que estemos avanzando diariamente en ser ejemplo de las virtudes que hemos estudiado en esta iglesia cristiana de la Sana Doctrina de Cristo y activadas, no reconoceremos las manifestaciones del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar derramándose en los corazones de los que están en torno de nosotros, pero no lo percibiremos ni lo recibiremos.

Los que no hacen esfuerzos decididos, sino que simplemente esperan que el Espíritu Santo los fuerce a obrar, perecerán en las tinieblas. No deben de sentarse tranquilamente y permanecer ociosos en la obra de Dios.

Predica: Pastor Víctor Ramón Preciado Balderrama
Hola hermanos les saludo con mucho amor en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y con un solo propósito de que sean edificados sus vidas y sus ministerios, me gozo el saludarles y el que Dios me dé la oportunidad de servirles si me lo permiten, y con todo respeto a su doctrina o denominación, mi único interés es que corra la Sana Doctrina de Cristo.
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