¿QUIÉN
ERES EN JESUCRISTO?
Suelo decirles a
quienes nos conocen y conocen nuestro ministerio esencialmente desde cuando
andábamos de misioneros. Que me habrán
oído un montón de veces quejarme de estar oyendo, y haber predicado, incluso,
alguna vez y en épocas de ceguera y somnolencia espiritual, un evangelio
adulterado. Y a lo mejor ellos han entendido y hasta han coincidido conmigo
en eso. Lo que quizás aún nadie ha terminado de ver es y en qué consiste la
adulteración del precioso evangelio, o “buenas
nuevas” de Jesucristo. El evangelio
es para la salvación de las almas, nos han dicho. Y no nos mintieron, por supuesto, pero tampoco nos dijeron una verdad
completa. Y todos sabemos qué es lo que significa decir una media verdad: que
nos queda la otra media que no sabemos adónde insertarla. Y con las enormes
dudas de que, una media verdad no dicha, es algo muy parecido (Si no es lo
mismo) a una mentira.
¿Qué
evangelio predicaba Jesús? ¿Él iba y decía: “¡Acéptame como tu Salvador y Señor
y tendrás Vida Eterna?” No. No decía eso.
Nosotros hoy decimos eso. O
entonces Él iba y decía: “¡Vengan a las
reuniones que mis discípulos están organizando para el fin de semana y tendrán
sanidad y prosperidad?” No.
Fíjese que tampoco decía eso.
Y observe que,
aquí también, tendré que decirle que la iglesia que se auto nombra Cristiana sí
suele decirlo. Jesús se sentaba en un lugar cualquiera, (Porque evidentemente no le interesaba en absoluto estar un plano más
elevado que sus oyentes porque no le interesaba en absoluto que lo vieran, le
interesaba que lo oyeran.) Entonces, allí sentado, decía sencillamente: (Mt.4:17) “¡Arrepentíos, el reino de los cielos se ha acercado!” Ese era el
evangelio que Jesús predicaba.
¿Y
para qué se acercaría el reino de los cielos aquí, a la tierra? Creo
que no se necesita ser demasiado inteligente para entender que era para
extenderse y tomar todo lo que el usurpador nos ha sacado. Entonces, mis
queridos hermanos, tendrá usted que coincidir conmigo en dos cosas. Primero, que existe la adulteración
del evangelio. Y segundo: que ese evangelio tiene, en sí mismo y en su
predicación, el suficiente potencial como para producir el fin.
(2Timoteo
1:9) “Quien nos salvó y llamó con
llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y
la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada
por la aparición de nuestro salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por
el evangelio”.
NOTEMOS
LO QUE DICE: El cual quitó la muerte, algo que ya es un hecho, y Sacó a la
luz; lo que significa vida e inmortalidad. El verdadero evangelio le enseña
cómo vencer a la muerte, que hoy por hoy, todavía es un asunto que, más allá de
palabras altisonantes o posturas religiosas, no sólo sigue preocupando a una
gran parte de la iglesia, sino incluso, aterrorizando directamente a un
porcentaje no pequeño de creyentes. El
pueblo de Dios, el hombre que verdaderamente ha entregado su vida a Cristo,
generalmente anda muy enojado con la caída de Adán y gimiendo en un marco de sucesos
espirituales en esta vida terrena.
Ahora, aquella
iglesia masiva y nominal que vemos, observe con atención, parecería andar muy a
gusto dentro de esa caja desechable que llamamos cuerpo.
Y si no anda a
así, al menos esa es la impresión que le produce al mundo. El mundo, no sólo
rechaza sino que se enoja contra la santidad. La desprecia, la ridiculiza y
busca modificarla según su medida de entendimiento. Con lo que el mundo en su ignorancia sí puede simpatizar, es con la
carnalidad, con la religiosidad y con eso evidenciar que, después de todo,
somos iguales a ellos. Y el asunto grave es que dijo el Señor que no somos
iguales. Por eso me pregunto y les
pregunto: ¿Qué está haciendo una
congregación cuando anda haciendo cosas para caerle bien y simpática a la
sociedad secular que la rodea? Piénselo por favor.
“Yo acepté a
Cristo, ya soy salvo, me dice usted. Y es verdad. Así ha sido decretado y así
es nomás, pero desde lo conceptual, desde el principio básico de esa salvación.
Pero la realidad cotidiana me muestra y le muestra que, en realidad, usted está
siendo salvo. De una manera progresiva, está lejos de ser algo automático. ¿Pero está seguro, hermano, Victor? ¡Mire que a mí nunca me dijeron eso! No
sé, pero si usted está viviendo como se le da la gana, es más que obvio que no
puede esperar reinar con Cristo, ¿no cree? Por eso he dicho más de una vez que
estamos construyendo una simbólica arca de Noé, porque el día del Señor será,
como en los días de Noé.
Entonces
usted piensa: ¿Quién va a ayudar a predicar este evangelio del arca de Noé si todavía
no hay ni siquiera nubarrones que preanuncien lluvia? Mientras que los
ignorantes persistan en ser ignorantes, los tenemos enfrentados, no
ayudándonos. ¿Me explico? Y no
digo ignorantes en forma despectiva u ofensiva, lo digo en lo que el verbo
mismo significa: ignorar algo, no conocerlo.
Es
para ellos que estamos construyendo el arca. ¿Y ellos, mientras tanto, qué
hacen? ¡Se burlan! Y sí, hablo de los de afuera, de los que no conocen nada y
lo ignoran todo, pero también hablo de algunos de los de adentro, de los que
supuestamente deberían conocer todo. ¡Si serán locos, místicos,
espiritualistas! ¡Construir un arca donde jamás ha llovido!
(Efesios
2:1) “Y él os dio vida a vosotros,
cuando estabais muertos a vuestros
delitos y pecados, 2 en los cuales
anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al
príncipe de la potestad del aire, al espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia, 3 entre los cuales
también nosotros todos vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los
pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás”.
HAY
VARIAS COSAS PARA VER AQUÍ. Primero, dice que estábamos muertos. Para Dios, usted lo sabe, la muerte no
es lo mismo que es para nosotros. Para
Dios no existe la muerte porque somos espíritus eternos. Para Él la muerte
es una condición mental cuando estamos fuera de su huerto, de su ámbito. Segundo: la carne, en el Nuevo
Testamento, no es el cuerpo, sino las acciones que el cuerpo haya regido por
causa del alma. Y le da el ejemplo: la
voluntad de la carne son los pensamientos. Tercero: dice que éramos hijos de
ira. Aquí dice que ERAMOS. Esa persona ya murió. Es como si tuviéramos
memorias de un viejo inquilino que no sirve para nada. No es usted, es el viejo
propietario que ya no está porque murió en la cruz. ¡Sí que cuesta entender lo
que ocurrió en la cruz!
4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aún estando nosotros muertos en
pecados, (Estamos muertos) nos dio
vida 6 y juntamente con él nos
resucitó (Ojo: ya nos resucitó) y
asimismo nos hizo sentar, (Listo. Ya nos
hizo sentar. Somos un pueblo de reyes y sacerdotes. ¿Recuerda cuándo era que se
sentaba el sacerdote? ¡Sí señor! Cuando había terminado. Consumado es.
Terminado está. ¿Y entonces por qué me preocupo? ¡Ah, no lo sé! Pero puedo decirle
que por más que se preocupe, no podrá añadir a su estatura un codo, Mat 6:27)
El
templo futuro que va a tener más gloria que el de Salomón, es el último templo:
nosotros. No uno hermoso construido con subsidio
del Gobierno en función de la igualdad religiosa que insólitamente reclamamos.
Por clamor de Jesucristo, ¿Me explico? Esto no es fundamentalismo, ni
sectarismo ni fanatismo. ¡Es Biblia! ¡O
palabra, si le gusta más el término! ¡Hermanos! ¿Ustedes están en contra de la
igualdad religiosa? ¡Por favor! Ni en contra ni a favor; lo religioso
sencillamente no me interesa porque, definitivamente, no es ni la voluntad ni
la prioridad de Dios. La prioridad de Dios, es encontrar su templo, nosotros,
apto para habitar y terminar su plan.
Mírelo
desde esta forma. ¿Cuánta actividad tiene en este momento en su congregación
local? ¿Mucha? ¿Poca? ¿Ninguna? No lo sé.
Pero si está haciendo cosas, ¿Se ha preguntado para qué las está haciendo? Ya
sé lo que me va a contestar. Es lo que generalmente se contesta aquí: ¡Para
servir al Señor! ¿Sí? ¿No estará buscando impresionar a Dios? ¿No estará
intentando impresionar a su pastor? ¿No está procurando impresionar a sus
hermanos? ¿No está persiguiendo gratificarse a usted mismo? Fíjese bien, es
probable que haya algo de esto. Ojalá
que no, pero si lo hubiera, ¿Usted
cree que Dios se va a caer del trono porque usted haga una buena obra? ¿De
verdad se lo cree? Él nos da el secreto.
Considera los
lirios del campo, (Lc.12:27) dice: ¿Cómo crece el lirio? ¿Crece porque
hace algo o crece sin esfuerzo propio? Los lirios crecen porque absorben
nutrientes de la tierra en la que están plantados. Nosotros somos iguales.
Mientras más entiende, más Dios se manifiesta. Muchos, podrán decir, ya soy,
maduro. Pero sólo pueden manifestar aquella madures que realmente que han entiendo
y la llevan por obra, en obediencia porque puedes conocer mucho de la Palabra
pero no obedecerla. (San1:22) “Pero sed
hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros
mismos”.
MUERTE,
es: “Destituido de la vida que reconoce a
Dios”. Dice que Él nos colocó en lugares celestiales. ¿Recuerda la Torre de
Babel? Sí, de allí viene Babilonia. ¿Para qué la construyeron? Para alcanzar
los lugares celestiales. ¡Pero si ya estamos allí! Trate de hacérselo entender
al hombre religioso.
(Juan
3:3) “Respondió Jesús y le dijo: de cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”.
La
palabra DE NUEVO, significa “De arriba”, “Desde el comienzo”, “Desde un lugar más
alto”. Esta palabra, ALTO, es por CALIDAD, no por elevación. ¡Y yo que me lo
paso mirando para arriba! ¿Está mal, eso? No.
A lo sumo, le podría sobrevenir un dolor de cuello, pero no está mal.
Ustedes pueden
mirar donde quieran, pero; ¿No le ha pedido al Señor, un día, que entrara en tu
corazón? ¿Y a dónde está su corazón? Dentro suyo. ¿Adónde está Cristo,
entonces? Adentro suyo. ¿Para qué buscarlo mirando para arriba, entonces? Es
más: ¿Por qué orar a los gritos, elevando cada vez más la voz, si Jesús, que
está dentro, le oye hasta cuando susurra? Tradiciones, costumbres, modalidades
evangélicas, religión.
(Joh
3:6) “Lo que es nacido de la carne,
carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
(Con mayúsculas la “E”) espíritu es.
(Ahora con minúscula esta “e”)
¿Por
qué, la primera va con “E” mayúscula y la segunda con minúscula? ¡Pero si somos
imagen y semejanza de Dios! Usted es un
espíritu que, para poder ser visto y manifestado, está viviendo temporariamente
dentro de la materia llamada cuerpo de carne y dependiendo cuales son los
frutos esa es la inclinación en la que el ser humano se encuentra.
Ellos están en el
mundo palpable, pero nosotros no, nosotros estamos en el mundo del Espíritu
donde se vive por fe. Nosotros hemos nacido de nuevo, ellos todavía no. Ellos,
un día, van a morir, nosotros ya no moriremos más. Ellos han caído, y nosotros
no. Su naturaleza es pecaminosa, la nuestra no lo es. Dios nos sentó en esos
lugares. No sólo nos puso, nos sentó. Sentarse habla de asiento. Asiento es el
lugar, la fuente de donde emana lo divino.
“¡Estoy tratando!”.
No es tratar, es entender, y accionar. Hoy, mi queridos hermanos, aunque nos
pese, está ocurriendo lo mismo. El que entiende, es útil para el reino y sigue,
no importa el cargo que tenga entre los hombres. El que no entiende, es
excluido, así sea el protagonista, la estrella principal del ministerio. Dios
es amor, pero también es Justicia y fuego consumidor. La Justicia de Dios no
tiene nada que ver con los Tribunales Ordinarios de cada nación.
(Juan
3:13) “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del
Hombre, que está en el cielo”.
¡Esto
no se entiende, parece una contradicción! ¿Cómo puede ser?
Él está allí, paradito sobre la misma tierra que los demás, pero les está
diciendo que está en el cielo. ¿Pero no
es que el cielo está allá arriba? Y nosotros, nos dijo, estamos sentados
con Él en lugares celestiales. ¡Pero Él
está aquí! Miren hermanos: tenemos que entender de una buena vez adónde es
que estamos sentados. Porque si no entendemos adonde comenzamos, mucho menos
vamos a poder entender adonde terminamos. Por eso es que muchas veces no se
puede entender muy bien qué es lo que tanta gente anda celebrando por allí.
(Gálatas
4:25) “Porque Agar es el monte Sinaí en
Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues esta, junto con sus hijos,
está en esclavitud. 26 Mas la Jerusalén de arriba, la
cual es madre de todos nosotros, es libre”.
ARRIBA, que
significa FUENTE u ORIGEN. ¿Cuántos son nacidos de arriba? ¿De arriba de donde?
–Usted me puede decir: De allí... del
cielo, creo... Nacimos, nació usted, hermano, de un orden superior, de una
fuente diferente, tiene usted ahora un origen distinto. Empezamos a vivir
conforme a un envoltorio de principios de origen superior que empiezan a
gobernar por sobre los principios que teníamos antes, ¿Me explico?
ES
SIMPLE Y AL MISMO TIEMPO NO TANTO. Mientras estamos en la tierra, viviendo
conforme a los principios terrenales, nuestra vida depende de las
circunstancias naturales. Pero cuando nacemos de arriba (Y convertirse, en realidad, es eso y no
levantar emocionados una mano en una campaña) comenzamos a vivir conforme a principios superiores, de otro origen, y
ya no dependemos de las circunstancias, porque para Dios no hay nada imposible,
ni siquiera lo que circunstancialmente nos parece imposible. Si ustedes no
pueden creer esto, no activa su fe. Y cuando dice la Palabra que el justo por
la fe vivirá, la cosa se le hace muy complicada y termina siendo una persona
que va a una iglesia, que canta, que alaba y que hasta predica, pero sigue atado a una vida acorde a sus
circunstancias.
Es
usted salvo, a eso nadie se lo discute, pero aún no es nacido de arriba y, por
lo tanto, todavía no puede ver el reino de Dios y, mucho menos, ser útil para él.
En este punto anda hoy día un montón de gente. Los principios del origen
superior de Dios, dicen que sus hijos están llamados a ser de manifestación
superior. Ahora, si esos hijos prefieren
seguir viviendo conforme a las circunstancias naturales, sociales, económicas y
políticas de cada región, allí sí no les queda otra salida que reclamar
igualdad con otras religiones.
Ustedes
me pueden decir: está bien, hermano Víctor, le entiendo, pero: ¿Cómo puedo
hacer yo para superar mi crisis? - ¿Y qué
ha estado haciendo hasta ahora para vencerla? – Y... He orado, he ayunado, he
alabado, he adorado, he predicado el evangelio, he hecho todo cuanto me han
mandado hacer en mi iglesia, he ofrendado generosamente, he diezmado, he
ofrendado a las misiones, no sé... Está bien, todo bíblicamente correcto, pero a partir de esfuerzos personales
suyos, ¿No es así? – Y... La verdad
que sí... – Bueno, ahora pruebe buscar entender quiénes son Ustedes y qué es lo
que tienen. No es malo nada de lo
que han hecho, al contrario, pero de una crisis no sale con su esfuerzo carnal,
sale por entendimiento de su gracia. Entonces, allí es donde está
nuestra bendición, naturalmente, allí también es donde está nuestra guerra,
nuestra sabiduría, ahí es donde está el enemigo. Pero recuerde que nosotros
estamos sentados allí, que es como decir que estamos sentados encima de él.
(Efesios
1:17) “Para que el Dios de nuestro Señor
Jesucristo, el padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en
el conocimiento de él, (con teología,
tipo ciencia exacta.) 18 alumbrando
los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que
él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los
santos. (Aquí dice que Dios tiene una
herencia en nosotros. Vamos a ver: ¿Usted se cree eso o prefiere seguir
creyéndole al diablo que le dice que en verdad no es tan así y que tenemos que
tener los pies sobre la tierra y no ser religiosos?) 19 Y cual es la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza, (Ojo
que el poder de su fuerza siempre va a operar a través de los que creen.) 20 La
cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en
los lugares celestiales, 21 sobre
todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; (Si su iglesia está EN Cristo, no habrá
potestad territorial, ciudadana, provincial o nacional que pueda afectarle.
Ahora si no está en Cristo y todo se limita a hablar de las lindas cosas que Él
hacía cuando estaba vivo. Al menos va a saber quién es y cómo se llama el que
le agarra a puntapiés todos los días. No es vencer, es saber triste y
resignadamente, con quién está perdiendo) 22 Y sometió todas las cosas bajo
sus pies, (Que hoy son los suyos) y
lo dio por cabeza sobre todas las cosas a
la iglesia, 23 la cual es su
cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. (¿De qué iglesia es? – De la del pastor Fulano. – Ah, ya veo, entonces
el pastor Fulano es la cabeza, allí? – Y...claro...
No funciona. ¡Pero hermano! ¡A mí me enseñaron! - ¿Funcionó? ¿Ha funcionado
hasta ahora? – Y... no, pero...- Pero nada. Funciona si la cabeza es Cristo. -
¡Pero es que nuestro mensaje es cristocéntrico! – No le hace, el de Babilonia
también parece serlo. Lo que cuenta, más que el mensaje, es la encarnación en
los hechos del mensaje, ¿Me explico?)
Si usted es un
individuo con los pies sobre la tierra, que cree todo esto pero trata de no
exagerar ni caer en fantasías místicas,
lo más probable es que usted esté esperando que un día, de alguna manera que no
se imagina, levante vuelo misteriosamente y vaya a sentarse a los lugares
celestiales. Ni puede pensar en qué hará una vez que se siente allí, pero
prefiere no pensarlo. Entonces, mientras ese es su pensamiento, Satanás en
lugar de estar debajo de sus pies, anda por encima suyo caminándole por las
espaldas con sus sucios pies y con sus sucias manos le manosea el corazón. Ahora, si llega a entender que YA está
sentado en lugares celestiales junto con Cristo, la cosa va a cambiar
totalmente.
La iglesia, por
muchos años, ha estado proclamando que Cristo salva, que Cristo sana, pero
nadie explicó por qué. Nadie le dijo que usted ya fue cambiado, que nació de
nuevo. Entonces hemos pasado mucho tiempo expresando a un Cristo mediocre,
limitado, temeroso y a veces incapaz de torcer una situación. Por eso se crearon las religiones, para
tapar todos los huecos de las cosas que ya no podíamos explicar. Entonces pasó,
y todavía pasa, lo que a lo mejor ahora mismo está pasando. Yo digo esto y,
si usted tiene deseos, me cree y, si no
los tiene, no me cree. Lo que ni se le ocurre es escudriñar tu Biblia que es
igualita a la mía, para ver si esto es así o no. ¿Se dan cuenta?
En Efesios 2:6, dice: Juntamente con él
nos resucitó. Aquí hay una palabra que es clave. La palabra JUNTAMENTE. La raíz es SUN, que significa “Unión con”, o “Que incluye
propiedad”, o “Composición de”. Es decir que se trata de una unión con alguien,
pero no por cercanía ni por parentesco, sino porque ese está hecho de lo mismo.
Era la oración de Cristo. Que ellos sean uno con nosotros como yo soy
contigo. O sino: Quien me ha visto a mí,
ha visto al Padre. La misma
sustancia. No le estoy diciendo,
¡Cuidado! Que todos somos Dios o que todos somos como Dios. Así dijo Satanás alguna vez, y así enseña Nueva
Era engañando a muchos. Le estoy diciendo: “La misma sustancia”. Pero naturalmente, en dependencia. Sólo en
dependencia a Cristo la podemos manifestar.
Ya enseñé en muchas ocasiones que, cuando Cristo
dijo que iba a prepararnos un lugar a nosotros, no habló de poner una tarjeta
en una nubecita para que usted fuera a tocar el arpa allí, ni tampoco en una
casita edificada junto a calles de oro. Es en la cruz donde él nos preparó un
lugar. Porque la cruz, no física, desde ya, sino espiritual, es el único ámbito
donde Cristo y usted pueden morar juntos. No
ha habido miles o millones de hombres en la tierra, según Dios. Sólo dos.
El primer Adán y el segundo Adán. ¿Y
todos los hombres que hubo entre Adán y Jesús, qué son? Extensiones del
primero. Entre Adán y Jesús, no hubo hombres, hubo seres humanos. ¿Pero no es
lo mismo? No. Hombre, es carne por fuera con Dios adentro. Seres humanos,
es hombre caído, ¿Me explico? Recién
cuando usted entienda lo que ocurrió en la cruz, es cuando Dios le saca del
primero y le coloca en el segundo hombre. Ese hombre, Cristo, es la cabeza y
nosotros su plenitud, su carne, su cuerpo.
La segunda raíz
de esta palabra JUNTAMENTE es
“Recobro de facultades” o “Despertar de
la oscuridad”. Nos despierta de la ignorancia de la caída y nos coloca en
una posición que incluye la misma composición que él tiene. Nacer de nuevo.
DESPUÉS
DICE QUE NOS HIZO SENTAR. La primera
parte, es SUN, lo mismo, “Unión de propiedades, composición o
sustancia”. Y la segunda parte, es “Ordenar,
establecer, habitar o colocar”. Es la misma implicación que cuando se
ordena a alguien en el ministerio. Se
instituye. O sea que Dios dijo: pertenece allí. Es decir que: legalmente,
estamos donde tenemos que estar. Olvide ya esa silla, trono o butaca donde
desde la Escuelita Dominical, si la ha tenido, viene pensando que se va a
sentar. Sentar es otra cosa, ya lo ha visto. Ahora le voy a dar las escrituras
que respaldan esto.
(Apocalipsis
1: 5) “Y de Jesucristo, el testigo fiel,
el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra”.
(Isaías
59:1) “He aquí que no se ha acortado la
mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír, 2 pero vuestras iniquidades han hecho
división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír”.
(Isaías
53:10) “Con todo eso, Jehová quiso
quebrantarlo, (¿A quién? A Jesús.)
sujetándole a padecimiento (¿cuánto
padeció Jesús de algo? En su muerte) cuando haya puesto su vida en
expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de
Jehová será en su mano prosperada, 11 Verá
el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento
justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”.
Esto le dice que
no somos un plan emergente o de segunda mano, una especie de plan alternativo
porque Israel no aceptó su primer plan. Cristo mismo, dijo, antes de presentarle
el plan a Israel, que tenía otras ovejas
que no eran de ese redil.
¿Cuándo
fue que el alma de Jesús fue afligida?
No se olvide que la paga del pecado, es muerte. Y que Dios tenía que recibir un
sacrificio por expiación y que ese sacrificio tenía que quemarse por completo.
Cuando Cristo muere en la cruz, hay sacrificio de olor fragante a Dios. La paga
por el pecado de todos los hombres que han nacido, que están vivos y que están
por nacer, fue saldada. Hebreos dice
que un sacrificio hizo perfecto a todos, para siempre. (Heb 10:12) “pero Cristo, habiendo ofrecido
una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la
diestra de Dios”.
Estudio en Lerma por él:
Pr. Victor R. Preciado Balderrama.
sanadoctrinavictor@gmail.com
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