lunes, 12 de noviembre de 2012

LA LLAGA PODRIDA DE JESUCRISTO


LA LLAGA PODRIDA DE JESUCRISTO
 “Desde la planta del pie hasta la cabeza, no hay en él cosa sana sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprender a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Is.1:6, 16-19.           
Dios le está hablando a su pueblo de su situación espiritual diciéndole Desde la planta del pie hasta la cabeza, no hay en él cosa sana sino herida, hinchazón y podrida llaga..  Jesucristo también describió la condición interior y espiritual del hombre: "Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, adulterios, fornicaciones, homicidios, hurtos, avaricias, maldades, engaño, vicios, envidias, chismes, soberbia, insensatez..." Mr. 7:21-23.           
¿Qué es lo que pretende Dios con su Pueblo? RESTAURARLOS a su belleza y gloria del principio. "Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; de brocado de oro es su vestido. Con vestidos de bordados será llevada al rey" (Sal 45:13-15). Ef.5-27 Por eso Dios hace un llamado: "Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de JEHOVÁ, y digan: Perdona, OH JEHOVÁ, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad… ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?" (Jl 2:17).           
El señor dice: “No me sirve tus sacrificios” ¿Para qué me sirve... la multitud de vuestros sacrificios?: No me sirve los holocausto, no quiero sangre de buey ni de oveja, incienso, luna nueva, vuestras asambleas. Quiero, sanidad, limpieza, humillación, arrepentimiento.           
Al arrepentimiento y humillación Dios promete restauración: "Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque JEHOVÁ hará grandes cosas… Y os restituiré los años que comió la langosta, el pulgón, el revoltón y la oruga, mi gran ejército que envié contra vosotros" (Jl 2:21, 25).
¿Cómo se puede limpiar el alma de las faltas que han provocado herida, y llaga?     
Dios da la respuesta. Aplicando Sangre y agua limpia.     V-16: “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo”
“La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado”           
 Si, pero para que la Sangre nos limpie tengo que despojarme de la Iniquidad primero: “Quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos” ¿Qué es iniquidad? Es cuando conociendo a Dios y sabiendas se está haciendo lo malo. Es la iniquidad, lo malo lo que provoca heridas, llagas, y enfermedades en el alma y corazón.           
Necesitamos dejar de hacer lo malo; arrepentirnos, lavarnos, limpiarnos, para que las heridas se curen. De lo contrario será como dice: Is.1-6 Desde la planta del pie hasta la cabeza, no hay en él cosa sana sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas ni vendadas ni suavizadas con aceite.V:17: “Aprender a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda”.            
Si usted no sabe hacer el bien, pídale dirección a Dios, el Espíritu Santo le va a dirigir para eso Dios lo llenó. El dice: “Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos”. Salmo 32:8“Restituid al agraviado”. Si usted ofendió, robó, defraudó, Hizo algo malo contra a alguien, debe restituirlo.            
Cuando hemos tomado la decisión de curar nuestras llagas, Lavarnos y limpiarnos de toda maldad; quitar la iniquidad del corazón, dejar de hacer lo malo entonces el Señor te llama: “Venid luego, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” .             Dios quiere sanar toda herida del alma, toda llaga del corazón. Jesús te dice: no importa que tan grandes y terribles sean los pecados que hayas cometido, voy a limpiar tu vida, voy a emblanquecer todo pecado, y los voy a borrar. “Si quisiereis y oyereis comeréis el bien de la tierra, si no quisiereis y fueres rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Dios lo ha dicho”.           
Si usted siente que algo está sucediendo en su corazón, es que Dios está obrando, está limpiando, lavando y sanando toda llaga, toda herida que hay en lo profundo de su ser. Ha comenzado a correr el río del Espíritu Santo. Isaías 53:4-5 dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido, más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.            
Isaías 38: 1-8 dice: “Ezequías enfermó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías, y le dijo: el Señor dice así: Ordena tu casa porque morirás y no vivirás. Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.             
Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Ezequías: Que Yo he oído su oración, Que Yo he visto sus lágrimas, y he aquí yo añado a tus días quince años. Y te libraré a ti y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria. Pero algo tuvieron que hacer: V-21 y 22: “Tomen masa de higos, y pónganla en la llaga y sanará”.
VUÉLVETE A MÍ, PORQUE YO TE REDIMÍ
El hombre es un ser espiritual, nuestra existencia tiene un significado más que el de simplemente nacer, crecer, reproducirse y morir. (Voluntad de Dios para los aves, arboles, animales, pero no para el hombre). "Vuélvete a mí, porque yo te redimí" (Isa. 44:22).    Dios está diciendo que él es el único que pudo sanar nuestra podrida llaga. Por eso dice: "Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque yo soy Dios, y no hay más" (Isa. 45:22). "A vosotros, que estabais muertos en pecados, os dio vida con Cristo, y perdonó todos vuestros pecados" (Col. 2:13).            
Debemos tomar la promesa de Dios en 2 Crónicas 7:14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaran mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.           
Ya es hora de buscar sanidad para el alma y el espíritu  “Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído. Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios” (Os. 14:1-2).           
¡Sólo hay una esperanza! “Reconoce, pues, tu maldad” (Jer. 3:13). “Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy tu esposo” (Jer. 3:14). “Vuélvete a mí, dice Jehová” (Jer 3:1).           
 Dios promete: " He aquí que yo hago cosa nueva No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas." (Is 43:18, 19).




Predica en Lerma por él
Pr. Victor R. Preciado Balderrama

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