lunes, 12 de noviembre de 2012

DEVOCIONAL CON LA FAMILIA SEMANA #10


DEVOCIONALES CON LA FAMILIA SEMANA # 10

 DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 1 (JUAN 10:39-42)
39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos. 40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. 41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. 42 Y muchos creyeron en él allí.
Vv. 39-42. No prosperará ningún arma forjada contra nuestro Señor Jesús. No escapó porque tuviera temor de sufrir, sino porque su hora no había llegado. Aquél que sabía librarse a sí mismo, sabe librar de sus tentaciones a los santos, y hacerles un camino para que escapen. Los perseguidores pueden echar a Cristo y su evangelio de la ciudad o país de ellos pero no pueden echarlos del mundo. Cuando por fe en nuestros corazones conocemos a Cristo, encontramos que es verdad todo lo que la Escritura dice de Él.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 2 (JUAN 11:1-6)
1 Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos.) 3 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. 4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
Vv. 1-6. Estar enfermos no es nada nuevo para quienes Cristo ama; las dolencias corporales corrigen la corrupción y prueban las gracias del pueblo de Dios. Él no vino a resguardar a su pueblo de estas aflicciones, sino a salvarlos de sus pecados, y de la ira venidera; sin embargo, nos corresponde apelar a Él por cuenta de nuestros amigos y parientes cuando están enfermos y afligidos. Que esto nos reconcilie con el lado más oscuro de la Providencia, que todo es para la gloria de Dios: así son enfermedad, pérdida, desilusión; y debemos satisfacernos si Dios es glorificado. Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Favorecidas grandemente son las familias en que abundan el amor y la paz, pero son felices hasta lo sumo aquellas a las que Jesús ama, y por las que es amado. Ay, que este raras veces sea el caso de cada persona, aun en familias pequeñas.
Dios tiene intenciones buenas aun cuando parece demorar. Cuando tarda la obra de liberación temporal o espiritual, pública o personal, se debe a que espera el momento oportuno.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 3 (JUAN 11:7-10)
7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10 pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él.
Vv. 7-10. Cristo nunca pone en peligro a su pueblo si no va con ellos. Somos dados a pensar que somos celosos por el Señor cuando, en realidad, somos celosos sólo por nuestra riqueza, crédito, comodidad y seguridad; por tanto, necesitamos probar nuestros principios. Nuestro día será prolongado hasta que nuestra obra esté hecha y finalizado nuestro testimonio. El hombre tiene consuelo y satisfacción mientras va en el camino de su deber, según lo estipule la palabra de Dios, y esté determinado por la providencia de Dios. Donde quiera que Cristo fuera, anduvo en el día, y así nosotros si seguimos sus pasos. Si un hombre anda en el camino de su corazón, conforme al rumbo de este mundo, si considera más sus razonamientos carnales que la voluntad y la gloria de Dios, cae en tentaciones y trampas. Tropieza porque no hay luz en él, porque la luz en nosotros es a nuestras acciones morales como la luz alrededor de nosotros es a nuestras acciones naturales.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 4 (JUAN 11:11-16)
11 Dicho esto,  les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. 14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y me alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él. 16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Vv. 11-16. Puesto que estamos seguros de resucitar al final, ¿por qué la esperanza que cree en la resurrección a la vida eterna, no nos facilita el sacarnos el cuerpo y morir, como si fuera sacarse la ropa e irse a dormir? Cuando muere el cristiano verdadero no hace sino dormir; descansa de las labores del día pasado. Sí, de aquí que la muerte sea mejor que dormir, porque dormir es sólo un descanso breve, pero la muerte es el fin de todas las preocupaciones y esfuerzos terrenales. Los discípulos pensaban que ahora no era necesario que Cristo fuera donde Lázaro y se expusiera Él junto con ellos. Así, a menudo, esperamos que la buena obra que somos llamados a hacer, sea hecha por alguna otra mano si hay riesgos en hacerla. Pero cuando Cristo resucitó a Lázaro de entre los muertos, muchos fueron llevados a creer en Él; y se hizo mucho para perfeccionar la fe de los que creyeron. Vayamos a Él ; la muerte no puede separarnos del amor de Cristo ni ponernos fuera del alcance de su llamado.
Como Tomás, los cristianos deben animarse unos a otros en tiempos difíciles. La muerte del Señor Jesús debe darnos la disposición de morir cuando Dios nos llame.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 5 (JUAN 11:17-32)
17 Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. 18 Betania estaba cerca de Jerusalén, como a quince estadios; 19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María,  para consolarlas por su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Más también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. 28 Habiendo dicho esto, fue y llamó a María su hermana, diciéndole en secreto: El Maestro está aquí y te llama. 29 Ella, cuando lo oyó, se levantó de prisa y vino a él. 30 Jesús todavía no había entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le había encontrado. 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que María se había levantado de prisa y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32 María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.
Vv. 17-32. Aquí había una casa donde estaba el temor de Dios y sobre la cual reposaba su bendición, pero fue hecha casa de duelo. La gracia evita el duelo en el corazón, pero no el de la casa.
Cuando Dios, por su gracia y providencia, viene a nosotros por caminos de misericordia y consuelo, como Marta, debemos salir por fe, esperanza y oración a encontrarlo. Cuando Marta salió a encontrar a Jesús, María se quedó tranquila en casa; anteriormente este temperamento fue ventajoso para ella, cuando la puso a los pies de Cristo para oír su palabra, pero en el día de la aflicción, el mismo temperamento la dispuso a la melancolía. Sabiduría nuestra es velar contra la tentación y usar las ventajas de nuestro temperamento natural.
Cuando no sabemos qué pedir o esperar en particular, encomendémonos a Dios; dejémosle hacer lo que le plazca. Para aumentar las expectativas de Marta, nuestro Señor declara que es la Resurrección y la Vida. Es la resurrección en todo sentido: fuente, sustancia, primicia, y causa de la resurrección. El alma redimida vive feliz después de la muerte y, después de la resurrección, el cuerpo y el alma son resguardados de todo mal para siempre.
Cuando leamos u oigamos la palabra de Cristo sobre las grandes cosas del otro mundo, debemos preguntarnos ¿creemos esta verdad? Las cruces y los consuelos de esta época no nos impresionarían tan profundamente como lo hacen, si creyéramos como debemos las cosas de la eternidad.
Cuando Cristo, nuestro Maestro, viene, nos llama. Él viene en su palabra y ordenanza, y nos llama a ellas, nos llama por ellas, y nos llama a sí mismo. Los que, en un día de paz, se ponen a los pies de Cristo para que les enseñe, pueden, con consuelo, echarse a sus pies para hallar su favor en un día de inquietud.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 6 (JUAN 11:33-46)
33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. 35 Jesús lloró. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste,  que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? 38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. 39 Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. 42 Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir. 45 Entonces muchos de los judíos que habían venido para acompañar a María, y vieron lo que hizo Jesús,  creyeron en él. 46 Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.
Vv. 33-46. La tierna simpatía de Cristo por estos amigos afligidos se manifestó por la angustia de su Espíritu. Él es afligido en todas las aflicciones de los creyentes. Su preocupación por ellos lo demuestra su bondadosa pregunta por los restos de su amigo fallecido. Él actúa en la forma y a la manera de los hijos de los hombres, al ser hallado a semejanza de hombre. Eso lo demostró por sus lágrimas. Era varón de dolores y experimentado en quebranto. Las lágrimas de compasión se parecen a las de Cristo, pero éste nunca aprobó esa sensibilidad de la cual se enorgullecen tantos de los que lloran por simples relatos de problemas, pero se endurecen ante el ay de verdad. Nos da el ejemplo al apartarse de las escenas de hilaridad frívola, para que consolemos al afligido. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades.
Es un buen paso para levantar un alma a la vida espiritual, cuando se quita la piedra, cuando se eliminan y superan los prejuicios, dando lugar para que la palabra entre al corazón. Si recibimos la palabra de Cristo, y confiamos en su poder y fidelidad, veremos la gloria de Dios y nos alegraremos al verla. Nuestro Señor Jesús nos enseña, con su ejemplo, a llamar Padre a Dios en la oración y a acercarnos a Él como hijos al padre, con reverencia humilde, pero con santa osadía. Habló directamente a Dios con los ojos alzados y en voz alta, para que ellos se convencieran que el Padre le había enviado al mundo como su Hijo amado. —Él podía resucitar a Lázaro por el ejercicio silencioso de su poder y voluntad, y la obra invisible del Espíritu de vida, pero lo hizo en voz alta. Era un tipo del llamado del evangelio por el cual se sacan las almas muertas de la tumba del pecado: tipo del sonido de la trompeta del arcángel del último día, con que serán despertados todos los que duermen en el polvo, y serán convocados a comparecer ante el gran tribunal. La tumba del pecado y este mundo no son lugar para aquellos que Cristo revivió; ellos deben salir. Lázaro fue revivido completamente y regresó, no sólo a la vida, sino a la salud. El pecador no puede revivir su propia alma, pero tiene que usar los medios de gracia; el creyente no puede santificarse a sí mismo, pero tiene que dejar de lado todo peso y estorbo. No podemos convertir a nuestros parientes y amistades, pero debemos instruirlos, precaverlos e invitarlos.

DEVOCIONALES CON LA FAMILIA DÍA 7 (JUAN 11:47-53)
47 Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos?  Porque este hombre hace muchas señales. 48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación. 49 Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año,  les dijo: Vosotros no sabéis nada; 50 ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca. 51 Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; 52 y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53 Así que, desde aquel día acordaron matarle.
Vv. 47-53. Difícilmente haya un descubrimiento más claro de la locura del corazón del hombre y de su enemistad enconada contra Dios que lo aquí registrado. Las palabras de la profecía en la boca no son prueba clara de un principio de gracia en el corazón. Por el pecado tomamos el rumbo más eficaz para echarnos encima la calamidad, de la cual procuramos escapar, como hacen quienes creen que fomentan su propio interés mundano oponiéndose al reino de Cristo. Lo que el impío teme le vendrá. La conversión de las almas es la reunión de ellas con Cristo como su rey y refugio; Él murió para efectuar esto. Al morir las compró para sí mismo, y adquirió el don del Espíritu Santo para ellas: Su amor al morir por los creyentes debe unirlos estrechamente.


ESTUDIO en Lerma por él
Pr. Victor R. Preciado Balderrama

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